Cien años de Iannis Xenakis
Tal día como hoy hace cien años nacía el compositor griego Iannis Xenakis. Ingeniero de formación (y más tarde colaborador de Le Corbusier), Xenakis revolucionó el panorama musical de la segunda mitad del siglo XX con un enfoque único que ponía las matemáticas en el centro del proceso compositivo como nunca se había hecho hasta entonces. Desde su pieza Metastasis (1953/54), cuyo glissando inicial marcaría una época, Xenakis no dejó de profundizar en nuevas formas de control para modular la masa y densidad del edificio sonoro, usando la teoría de probabilidades y creando la que se conoce como “música estocástica”.
La teoría de juegos, la teoría de grupos o el álgebra de Boole son algunas de las herramientas que Xenakis empleó en sus partituras, aunque la abstracta y sofisticada formulación matemática convive en su música con un concepto primigenio del sonido, una contundencia y una expresividad que hablan de manera directa a cualquier tipo de oyente. Porque, como él mismo decía, “la música es la expresión de las visiones del universo, de sus olas, de sus árboles, de sus hombres, al igual que las teorías fundamentales de la física moderna, de la lógica abstracta y del álgebra.”
Este domingo, recordamos a Xenakis en nuestra web con un doble homenaje: un artículo de Tomás Marco que es a la vez un recuerdo personal del compositor griego y una reflexión sobre su legado, y una de las últimas entrevistas que Xenakis concedió a Bruno Serrou, publicada por SCHERZO en su nº 152 (marzo de 2001) dentro del dosier dedicado al músico con motivo de su fallecimiento el 4 de febrero de 2001.
Asimismo, SCHERZO dedica a Xenakis el dosier de la revista de junio, coordinado por José L. Besada, con artículos de algunos de los más destacados conocedores de su obra: los musicólogos Makis Solomos y Elisavet Kiourtsoglou, el pianista Pavlov Antoniadis y el director de orquesta Arturo Tamayo.