Checos y húngaros, frente a frente
POHÁDKA:
Obras para violonchelo y piano de Janácek, Kodály, Dvorák y Mihaly / Laura van der Heijden, chelo. Jams Coleman, piano / Chandos
Chequia y Hungría, dos de las naciones más musicales del orbe, mantienen sus tesoros musicales tan alejados entre sí como las remotas lenguas que hablan. Los checos pertenecen al grupo de lenguas eslavas, los húngaros al finougárico. Los ritmos de su música, dictados por los patrones del habla, rara vez se escuchan en el mismo programa. No me pregunten por qué.
Dos músicos británicos han cruzado la frontera invisible en esta grabación, alternando Janácek con Kodály y Dvorák con András Mihaly. La violonchelista Laura van der Heijden es una antigua Young Musician of the Year de la BBC y el galés Jams Coleman es un acompañante pianístico en pleno auge.
Ambos tienen más que decir en la suite Pohádka (cuento de hadas) de Janácek y en la conversión para violonchelo de su sonata para violín de 1914. La franqueza comunicativa de Janácek es una fuente inagotable de asombro y el sonido del violonchelo de Laura no desentona en la sonata para violín.
Kodály, incluso en su Sonata para violonchelo op. 4, nunca llega a igualar la fantasía de su colega checo. El movimiento para violonchelo y piano de Mihaly, escrito para el 80º cumpleaños de Kodály, hace pequeños guiños expresivos al ausente Bartók (por cierto, algo de Bartók podría haber puntuado mejor para la parte húngara).
La sorpresa de este álbum es una pieza de tres minutos de Vitezslava Kapralova, la fenomenal novia de Bohuslav Martinu que murió en Francia en 1940, trágicamente joven a los 25 años. Mientras que los húngaros cuentan con un robusto mediocampo formado por Dohnànyi, Bartók y Kodály, los checos siempre tienen talento de sobra en el banquillo.