Max Emanuel Cencic: Cantante, agente y empresario
VINCI:
Gismondo, re di Polonia (ovvero Il vincitor generoso). Max Emanuel Cencic (Gismondo), Yuriy Mynenko (Ottone), Dilyara Idrisova (Giuditta), Aleksandra Kubas-Kruk (Primislao), Sophie Junker (Cunegunda), Jake Arditti (Ernesto) y Nicholas Tamagna (Ermanno). {oh!} Orkiestra Historyczna. Directora y violín: Martyna Pastuska. Maestro al cembalo: Marcin Swiatkiewicz. PARNASSUS 9129194870017 (3 CD)
Desde que Gustavo Tambascio y Antonio Florio lo rescatarán del olvido en 2009, con la fastuosa puesta en escena de La Partenope, el napolitano Leonardo Vinci (1696-1730) se ha convertido en un autor de culto para los amantes de la ópera barroca. Lo mucho que ya apuntaba en La Partenope (publicada en CD y en DVD por Dynamic) quedó plenamente refrendado no mucho más tarde con descomunal lectura que hizo Diego Fasolis de Artaserse (publicado en 2012 por Erato, primero en CD y poco después en DVD con tomas en directo de las representaciones que habían tenido lugar un año antes en Nancy, con la puesta en escena de Silviu Purcarete) y con el Catone in Utica que dirigió Riccardo Minasi (Decca, 2015). No le hicieron tanta justicia los flojos registros de Didone Abbandonata (Carlo Ipata, en 2017, Dynamic, tanto en DVD como en CD) y Siroe, re di Persia (Antonio Florio, 2018, Dynamic), así como el pastiche que realizó Haendel de la mencionada Didone Abbandonata (Wolfgang Katschner, igualmente en 2018, DHM). Sin embargo, sendos recitales de los contratenores Filippo Mineccia (2014, Pan Classics) y Franco Fagioli (2020, Deutsche Grammophon) contribuyeron a enriquecer el panorama en gran medida.
Otro contratenor, Max Emanuel Cencic, que intervino en aquellos memorables Artaserse de Fasolis y Catone in Utica de Minasi, presenta ahora Gismondo, re di Polonia (Il vincitor generoso). Y lo hace en una triple faceta: primero, como cantante (asume el papel protagonista de la ópera); segundo, como organizador (su agencia, Parnassus Ars Productions, ha sido la encargada de exhumar esta ópera, como ya hiciera con los dos títulos antes mencionados) y tercero, como empresario discográfico. Se trata de la primera grabación que publica el sello Parnassus, realizada en la Filharmonia Slaska de Katowice, en fecha que incomprensiblemente no se hace constar en el booklet del CD, pero que se supone posterior a la primera representación en tiempos modernos de esta opera (2 de septiembre de 2018, en el Teatr Miejski de Gliwice) y anterior a las representaciones que tuvieron lugar en Theater an der Wien vienés (25 de septiembre de ese mismo año) y en la Sala Chaikovski moscovita (14 de junio de 2019).
Gismondo se estrenó en el Teatro Alibert de Roma, el 11 de enero de 1727, después de los tres éxitos cosechados el año anterior por Vinci: Didone abbandonata (Roma), Siroe, re di Persia (Venecia) y L’Ernelinda (Nápoles). Vinci utilizó el mismo libreto que el veneciano Francesco Briani había escrito en 1709 para la ópera Il vincitor generoso de Antonio Lotti (Teatro San Giovanni Grisostomo de Venecia, estrenada con motivo de la visita del rey Federico IV de Dinamarca a la ciudad de los canales), en la cual hizo su debut Francesco Borosini, el primer gran tenor en aparecer en Londres, ciudad en la que cantó nada más ni nada menos que el papel de Bajazet en el Tamerlano de Haendel.
La ópera narra la historia del rey polaco Gismondo (Segismundo, para que nos entendamos), enfrentado al príncipe rebelde de Lituania Primislao. Es un hombre de paz, que trata por todos los medios de evitar la guerra con su vecino. Pero sus problemas políticos se ven agravados por los privados: por un lado, su hijo Ottone está enamorado de Cunegunda, hija de Primislao; por otro, su hija Giuditta está enamorada del propio Primislao. Las razones de estado no permiten las relaciones amorosas con el enemigo, aunque al final Gismondo se da cuenta de que esas relaciones pueden servir a su deseo de paz. Desgarrados entre la política y el amor, los personajes buscan la paz tanto en sus corazones como en sus países. Como no podía ser de otra manera, pues ya lo anticipaba el subtítulo de la ópera (Il vincitor generoso), la felicidad acaba colmando a todos.
El elenco vocal está formado en su totalidad por cantantes representados por Parnassus, empezando por el propio Cencic: las sopranos Dilyara Idrisova, Sophie Junker y Aleksandra Kubas-Kruk, y los contratenores Yuriy Mynenko, Jake Arditti (hijo del violinista Irvine Arditti, fundador del Cuarteto Arditti) y Nicholas Tamagna. Todos ellos están a un excelente nivel (Cencic, menos histriónico en sus intervenciones de lo que en él es habitual, lo cual se agradece; sirva como ejemplo su fantástica Bella pace, aria con la que abre su intervención en la ópera), aunque en mi opinión quienes realmente se llevan la parte del león son el excelente Minenko y la deslumbrante Idrisova (que ya nos epató con su intervención en el Germano in Germania de Nicola Porpora publicado por Decca hace un par de años). Muy bien Junker, que poco se va a confirmando como una de las voces más idóneas para la ópera barroca. No desmerece en absoluto el resto del reparto, aunque, puestos a poner peros, las voces de Junker y Kubas-Kruk guardan cierto parecido; quizá una mayor diversidad habría resultado recomendable.
{oh!} (abreviatura de Orkiestra Historyczna, es decir, Orquestra Historicista), bajo la doble dirección de la violinista Martyna Pastuszka y del clavecinista Marcin Swiatkiewicz, suena realmente bien, como ya había demostrado en sus recientes grabaciones para los sellos Dux y Musso. Polonia se ha convertido en los últimos años en un vergel de la música antigua, no solo por la cantidad de festivales y conciertos que allí se celebran, sino por la calidad de sus músicos y agrupaciones. Poco a poco, {oh!} se ha ido haciendo un hueco entre las mejores orquestas polacas y este Gismondo es su confirmación definitiva.
¿Y la música de Vinci? Magnífica, en todos los sentidos. Escuchando sus óperas, uno no termina de entender cómo pudo permanecer tantos años en el ostracismo.
Eduardo Torrico