BUCAREST / Impresionante ‘Lulu’ de Alban Berg
Bucarest. Romanian Atenaeum. 28-IX-2021. XXV George Enescu Festival. Berg, Lulu. Annika Gerhards, Ulrike Helzel, Alexander Kaimbecher, Jochen Schmeckelbacher, Charles Workmann, Roman Astakhov, Jozef Benci, Paul Gay, Ilseyar Khayrullova, Michael Gniffke. Cluj Transylvania Philharmonic Chamber Orchestra. Director musical: Lawrence Foster.
Bucarest, la capital de Rumanía no está ciertamente asociada en el imaginario colectivo a la música clásica, lo cual es un grave error. De hecho, la ciudad acoge un festival que es bastante desconocido fuera del círculo de profesionales, y ni siquiera todos los profesionales lo conocen: el George Enescu Festival. Es una pena, porque su programación es increíble. Y este año lo ha sido aún más: para celebrar sus veinticinco ediciones, el certamen se ha ampliado de tres a cuatro semanas. El abanico de orquestas y solistas ha resultado impresionante: más de ochenta. Todos ellos, grandes nombres. Podría decirse que este festival es la Lucerna de Valaquia.
La última semana resultó una sucesión ininterrumpida de acontecimientos. Una de las citas ineludibles fue Lulu de Alban Berg, en versión concierto. Esta ópera, con su alta intensidad dramática, es casi una pieza del recitar cantando o del Sprechtheater: los intérpretes deben priorizar la dicción por encima de todo, darle al texto un valor auténticamente teatral, pues de lo contrario no es posible alcanzar el clímax.
En esta Lulu de Bucarest destacó por encima de todos Charles Workmann (Alwa), un barítono de voz retumbante y bello timbre. También brilló la Lulu de Annika Gerhards, que supo combinar irreverencia con frío cinismo, lo que situó su papel en la corona de la excelencia.
La Orquesta de Cámara Filarmónica de Transilvania, cuya sede se halla en la ciudad de Cluj-Napoca, se mostró en un estado de gracia simbiótico con la excelente dirección de Lawrence Foster, que supo exaltar la aspereza de esas disonancias que arañan los tímpanos, con la intención de enfatizar a golpe de tripa la irreverente trama. Sin duda, una interpretación paradigmática de la magistral partitura de Berg.
El único inconveniente fue la ausencia de subtítulos, aunque la impecable dicción del reparto, en una sala de excelente acústica, palió en parte el problema. Foster, al inicio del segundo acto, hizo un apasionado llamamiento a la vacunación, señalando los riesgos de la Covid y recordando su terrible lucha contra el virus durante cuatro largos meses.
(Foto: Andrei Gindac)
Franco Soda