BTHVN en Grabaciones (VI): Beethoven, uno y trino
Las formaciones de trío con piano se están renovando con admirables resultados. Y las últimas grabaciones de Beethoven para ese conjunto lo demuestran. Puede comprobarse con el debut del Trio Sōra en el sello Naïve, el mes pasado, con otra excelente integral beethoveniana. A este tema se dedicó la columna de Grabaciones en la revista impresa de junio. Y su autor sitúa dos recientes integrales de los tríos con piano del compositor de Bonn por encima de todas: Atos Trio y Trio con Brio Copenhagen.
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El trío con piano ha sido quizá más un timbre que un género. Con esta certera reflexión, Eric Sams disculpaba, en The Times Literary Supplement, las limitaciones de la monografía de Basil Smallman, The Piano Trio: Its history, technique, and repertoire (Clarendon Press, 1990). El libro eludía explorar cuestiones sociales o estéticas en favor de la mera descripción analítica. Pero sigue ofreciendo una imagen interesante, quizá algo incompleta, de las posibilidades sonoras de combinar un violín, un violonchelo y un piano, desde Haydn en adelante.
El propio Beethoven nunca concibió el género al margen de las posibilidades sonoras de esos tres instrumentos. Los límites entre el piano y lo que hoy llamamos “música de cámara” eran todavía muy borrosos. Es más, su relación con el trío con piano fue igual de intensa como compositor que como intérprete, a diferencia del cuarteto de cuerda. De hecho, la última actuación pública al piano de un Beethoven afectado por la sordera se produjo, el 11 de abril de 1814, coincidiendo con la première de su último trío con piano, su famoso ”Archiduque”, Op. 97. Una cúspide de proporciones sinfónicas para el género, si se compara con el asombroso arranque de la tríada Op. 1 o la versión con violín del Op. 11. Y una lógica evolución, si se añade la pareja del Op. 70. Siete obras maestras, perfectamente engarzadas, que abarcan desde 1793 a 1811.
Pocas veces esa cohesión del ciclo beethoveniano suena tan clara como en la reciente integral del alemán Atos Trio (Wigmore Hall Live). Grabada en la mítica sala londinense en dos conciertos, el 2 de diciembre de 2015 y el 6 de marzo de 2016, ofrece un interesante itinerario de escucha. Un ideal juego de opuestos, con los dos tríos del Op. 70 y el emblemático Op. 1/3 como final de cada parte, y el ”Archiduque” como colofón. Tampoco es habitual escuchar tal precisión tímbrica en un registro en directo, con un discurso tan fresco y coherente, que alcanza su cota más elevada en el “Espectro”, Op. 70/1.
El boom de los jóvenes cuartetos, que experimentamos desde hace dos décadas, ha llegado en los últimos años al trío con piano. También sin instrumentos de época y con especial dedicación al ciclo de Beethoven. Tras el hito del extinto Florestan Trio (Hyperion), de 2003, o del ciclo coetáneo del Trio Parnassus (MDG), todo parecía detenido fonográficamente para los tríos beethovenianos, a pesar de la integral del Trio Wanderer (Harmonia Mundi). Pero, en los últimos años, se han multiplicado los nuevos conjuntos y las grabaciones.
Me limitaré a dos casos recientes: el holandés Van Baerle Trio (Challenge Records) y el danés Trio con Brio Copenhagen (Orchid Classics). El primero acaba de culminar la integral más completa conocida, al sumar las transcripciones de la Segunda sinfonía y el Septimino, el Triple concierto y variaciones junto a obras sin opus. Los cinco volúmenes del ciclo empezaron mejor que han terminado, aunque vuelve a despuntar aquí una versión colorista, concentrada y transparente del “Espectro” en el vol. 3. Más interesante todavía es la integral en tres lanzamientos del Con Brio, terminada en 2019, que suprime el Op. 11 en favor de las Variaciones “Kakadu”. Aquí la conjunción de un pianista danés y dos hermanas coreanas vuelve a fascinar, en el largo assai ed espressivo del Op. 70/1, entre conversaciones susurradas y texturas aterradoras. Tres visiones diferentes y una misma precisión tímbrica. Beethoven, uno y trino.