BRUSELAS / Comienza el ‘Anillo’ de Castellucci en La Monnaie
Bruselas. La Monnaie. 24-X-2023. Gabor Bretz, Nicky Spence, Marie-Nicole Lemieux, Anett Fritsch, Scott Hendricks, Peter Hoare… Dirección musical: Alain Altinoglu. Dirección escénica: Romeo Castellucci. Wagner: El oro del Rin.
En coproducción con el Gran Teatro del Liceo, la Monnaie ha presentado una nueva producción del Anillo del Nibelungo, la primera desde 1999 (último año de Gérard Mortier al frente del teatro belga). Si en aquella ocasión la puesta en escena estuvo a cargo de Herbert Wernicke y la dirección musical fue de Sylvain Cambreling, este Anillo de 2023 lleva la firma de Romeo Castellucci, mientras que en el foso se encuentra Alain Altinoglu, director musical de la Monnaie. Ambos abordan por primera vez la obra magna de Wagner, cuya secuencia se extenderá a lo largo de dos temporadas.
Que el ‘matrimonio’ de Alain Altinoglu y la orquesta de la Monnaie está resultando feliz, lo ha demostrado una vez más su interpretación del Prólogo de la Tetralogía, desde el primer y misterioso acorde de la partitura hasta la exultante ascensión final de los dioses al Walhalla. Aunque no es que hubiera mucho “ascenso” que ver. Tanto Wotan como su comitiva divina desparecen uno tras otro, cayendo hacia detrás a través de una abertura circular, con excepción de Loge, que dice al público: “Ihrem Ende eilen sie zu (…) Bedenken will ich’s: wer Weiss, was ich tu” [Se apresuran hacia su final (…) Quién sabe lo que haré]. No sólo tendremos que esperar a las otras tres óperas del Anillo para saber lo que hará Loge, sino también lo que tiene en mente Castellucci, que ha anunciado que considera las cuatro óperas como cuatro proyectos distintos.
En cuanto a Das Rheingold, el controvertido regista italiano ha creado un espectacular montaje en el que hay mucho que ver, aunque tal vez resulte incomprensible en algunos aspectos, empezando por un gran anillo metálico que gira en torno a un escenario vacío. La luz y el humo evocan el río, donde las doradas Hijas del Rin se burlan de Alberich, que finalmente consigue robar el oro, dejando a las ondinas lamentando su suerte. La siguiente escena es bastante impresionante: una gran sala con esculturas antiguas blancas, donde Wotan y Fricka pisotean una masa de cuerpos humanos. La familia de los dioses se enfrenta a los gigantes, representados alternativamente por Castellucci como niños y, después del rapto de Freia, como ancianos. Una ocasión para que Loge manche los retratos de famosos intérpretes de Wagner como, por ejemplo, Birgit Nilsson. El viaje de Wotan y Loge al Nibelheim, las transformaciones de Alberich y la maldición del anillo suceden sin demasiada sorpresa. Sin embargo, los gigantes aparecen al final convertidos en cocodrilos gigantes y, por supuesto, el puente-arcoiris brilla por su ausencia.
El elenco de cantantes se integró bien en el concepto, siempre respaldados por la magnífica orquesta de la Monnaie y su inspirador director musical. Scott Hendricks ofreció una actuación memorable como Alberich, tanto en lo vocal como en lo dramático, en una exigente interpretación que demanda mucho del cantante. Comparado con él, el Wotan de Gabor Bretz careció de carácter, aunque cantó bien. Marie-Nicole Lemieux otorgó emoción a Fricka y una bella interpretación del texto. Nicky Spence logró el mayor aplauso del público en su estupenda recreación del ingenioso Loge, mientras que y Ante Jerkunica y Wilhelm Schwinghammer dieron solidez a los gigantes Fasolt y Fafner. Eleonore Marguerre, Jelena Kordic y Christel Loetzsch fueron unas seductoras Hijas del Rin.
Esperamos con impaciencia La valquiria, el próximo mes de enero.
Erna Metdepenninghen
(fotos: Monika Rittershaus)