BOGOTÁ / ‘Reveló’, una ópera electroapocalíptica

Bogotá. Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo. 15-IX-2021. Suárez-Cifuentes & Nieto: Reveló. Michiko Takahashi, Rodrigo Ferreira, Iris Zérdoud (corno di bassetto) Joaquín Arias (trompeta), Cécile Lartigau (ondas Martenot), César Quevedo (guitarra eléctrica). Coro Neue Vocalsolisten Stuttgart. Coro Batuta La Gaitana. Ensemble La Sociedad. Nova et Vetera. Director musical: Juan Carlos Rivas. Director de escena: Nieto.
En medio de esta crisis de la pandemia de la Covid-19 es una gran sorpresa ver el anuncio de la puesta en escena de una novedad musical. Sí, es asombroso ver en los carteles el estreno de una ópera en Bogotá. El título de esta obra es Reveló y está inspirada en el libro del Apocalipsis de san Juan, obra mística que describe los sueños sobre los sueños y profecías del apóstol de Jesucristo sobre las primeras iglesias cristianas, pero que a lo largo de la historia se han reinterpretado todos los símbolos, los monstruos, las apariciones que se registran en este libro profético que tiene una poderosa y atrayente carga semiótica.
Reveló es una ópera compuesta por Marco Suárez-Cifuentes y con libreto de Luis Nieto. Esta composición ganó la Beca multidisciplinar larga trayectoria 2020-2021 de Idartes (Instituto Distrital de las Artes de la Alcaldía de Bogotá). Este proyecto combina la música desde la creación de nuevos sonidos y texturas sonoras electroacústicas, la proyección audiovisual y el juego de una estética multimedial que permite a la audiencia tener una experiencia de luz, color y aura mística como infernal.
Juan Carlos Rivas, director musical le comentó a SCHERZO que esta obra se viene gestando desde hace varios años, desde que Nieto, el libretista, asistió a un curso en París sobre el libro del Apocalipsis de san Juan. En este seminario, el artista tuvo la posibilidad de ver las diversas vertientes icónicas inspiradas en este texto religioso a partir de la estética de la Edad Media y de los pintores del Renacimiento. El maestro Rivas señala que “este proyecto lleva doce años, pero desde hace cuatro se ha convertido en una realidad”. La ópera se estrenó en su totalidad en Colombia el 10 de septiembre de este año, en el Teatro Municipal Jorge Eliécer Gaitán, y también se realizaron representaciones en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo.
Una ópera nueva siempre causa curiosidad y, por este motivo, Reveló es una composición de índole apocalíptico que tiene un libreto muy preciso inspirado en las fuentes bíblicas, pues no solo trata del tema del fin del mundo, sino también de otros motivos conductores como el concepto del pecado, de la tentación, el fruto prohibido, la crucifixión de Jesucristo, así como, la constante reiteración de la parábola del Buen Pastor, el sentido metafórico del Cordero de Dios y el destino de la humanidad. En realidad, es un texto más conceptual que dramático.
La ópera tiene cuatro actos que se desarrollan musicalmente sin interrupciones y que combina diversos lenguajes como el español, el francés y algunos versos en latín procedentes la secuencia del Stabat Mater. El libreto de Reveló es más metafórico, o se podría decir filosófico-teológico-humanístico que reitera el sentido de la condenación del hombre, la crisis de la humanidad, el conflicto espiritual y la confrontación de lo angélico con lo demoniaco. Los versos se pueden definir como un collage de ideas con una exposición muy al estilo modernista, donde el libretista Luis Nieto se obsesiona de jugar con las palabras y por eso, las líneas poéticas a veces se vuelven un poco exageradas, densas y cargadas de sentido. Además, si bien existe una obsesión por el significado de los términos, hay una interesante exploración del juego de los sonidos por la combinación de las diversas lenguas que se encuentran en el texto.
En cuanto a la música, elemento fundamental de una ópera, la inspiración de Marco Suárez-Cifuentes es claramente de la escuela francesa ya que el compositor estudió en París, en especial en el IRCAM, famoso instituto donde se desarrollan las teorías y prácticas armónicas sobre la experimentación de las texturas sonoras electroacústicas. De este modo, la obra posee una clara influencia de estas formas estéticas, donde se perciben ecos de Pierre Boulez y su famoso conjunto Ensemble Intercontemporain. Además, el director musical Juan Carlos Rivas también observa que tiene referencias de Karlheinz Stockhausen. El maestro considera que Reveló es “una obra absolutamente auténtica que tiene retos técnicos pues sale de confort de la música clásica”.
En su conjunto, la obra se estructura en cuatro actos que tienen un concepto propio de la mirada mística de las visiones de san Juan. Cada uno de ellos tiene una denominación determinada. El primero se denomina Tetramorfo, en donde se plantea la perspectiva espiritual de cada uno de los apóstoles y con estos motivos, se ve en la escena la representación iconográfica del hombre que referencia a san Mateo, el león a san Marcos, el toro a san Lucas y el águila al apóstol más amado de Jesús, Juan. Además, el mismo director de escena toma algunas libertades y aparecen algunos personajes que parecen salidos de las películas de ciencia ficción como Star Trek o Star Wars. Es importante destacar que no se puede considerar Reveló como una obra de creación sacra, sino todo lo contrario, se percibe el aspecto irónico en el espectro religioso.
El segundo acto titulado El Cordero Místico es el más logrado escénicamente, pues aquí Nieto, el director escénico, utilizó con creatividad toda la tecnología audiovisual y el público pudo observar una estética digital multimedia muy interesante porque la interconexión entre la música y las imágenes de la serpiente como del monstruo de siete cabezas se diseñaron con gran calidad. El tercer acto denominado El Hijo del Hombre es un monólogo cantado por Michiko Takahashi, soprano japonesa que representa a Jesús. En este momento de la ópera la música es muy interesante, pues la cantante realiza un arioso extenso con el juego de palabras procedentes de la secuencia del Stabat Mater, sin embargo, el aspecto escénico estuvo realmente monótono porque sólo se observó el texto de los versos en la pantalla gigante y, mientras tanto, la solista caminaba lentamente del lado izquierdo al derecho del escenario del teatro.
Cordero & Satán es el título del último acto. Aquí el contratenor Rodrigo Ferreira se lució por su interpretación del príncipe del mal. En cuanto a su vestuario, más parecía un miembro de una banda de rock pesado como Kiss o del grupo de finlandés Lordi que ganó Eurovisión en 2006. En su actuación, el cantante realizó su interpretación con los dos registros, el de barítono como el de sopranista para mostrar las intenciones malévolas y los incesantes cuestionamientos de la existencia de Dios.
Luego de finalizar el último acto, el público bogotano aplaudió con mucha cortesía, aunque se percibía que no entendía del todo la ópera. Aun así, es una composición que vale la pena escucharla de nuevo y volverla a ver, pero mejorando la puesta en escena del tercer acto. Además, asistir a un estreno operático siempre es novedoso y por eso, el incólume paso del tiempo dará su veredicto sobre Reveló. Para concluir esta reseña, es importante destacar las palabras del maestro Juan Carlos Rivas sobre esta obra, la cual considera “fascinante, particular y sin referentes musicales”. Además, observa que es “un trabajo de descubrimiento, pues es excitante y reconfortante acercase a una nueva experiencia musical como un ejercicio estético”.
Ricardo Visbal Sierra