BOGOTÁ / Excelso recital de Jakub Jósef Orliński
Bogotá. Iglesia de San Ignacio. 12-VIII-2022. Jakub Jósef Orliński, contratenor. Il Pomo d’Oro. Director y clave: Maxim Emelyanychev. Obras de Tolar, Fux, Lotti, Nicola, De Almeida, Galuppi, Schiassi, Nucci, Vivaldi, Brescianello, Reutter, Perez y Haendel.
En el prelanzamiento del XI Festival de Música Sacra de Bogotá, el joven y reconocido contratenor Jakub Jósef Orliński realizó un recital de obras religiosas del periodo barroco. El mismo intérprete anunció al público que la mayoría de las partituras del concierto son novedosas y se consideran como un estreno mundial, luego de estar guardadas en los archivos por unos 250 años. En este concierto, el solista más que entregarse a las extensas y ornamentadas arias da capo de la ópera italiana del siglo XVIII, se dedicó más al lado espiritual con las piezas escogidas y, de esta manera, las piezas estaban más cerca a los aires espirituales y también al recogimiento anímico.
El concierto del contratenor polaco se tituló Anima Aeterna, como uno de los nombres de sus recientes álbumes, pero, no hay una relación directa entre las obras de la grabación y el recital que brindó en la Iglesia de San Ignacio. En la velada en el templo de los jesuitas de Bogotá, el ambiente sacro del templo barroco ayudó a que el cantante se inspirara más en el soplo sacro de las obras escogidas para este concierto.
Orliński, reconocido por su teatralidad e histrionismo, estuvo en este recital más bien parco en sus movimientos por ese sentido espiritual de las obras. Sorprendió la amabilidad de brindar un concierto extenso repertorio de piezas que se pueden considerar novedades, pero a la vez, su interpretación tuvo la calidez y, de este modo, evitó la monotonía de algunos intérpretes de su cuerda cuando cantan obras religiosas, debido a que no hacen énfasis a los versos de los himnos o de los motetes.
En cuanto a las piezas seleccionadas, significativa fue la obra Giusto Dio de La Giuditta de De Almeida, una obra con sus tres partes clásicas de las arias da capo, pero en donde la contención, el desarrollo melódico del compositor estuvo más presente que la ornamentación. En este aspecto, la introversión que hizo el cantante a la pieza fue singular y de introversión espiritual. Al final de la primera parte del concierto, el contratenor interpretó A che si serbano de Schiassi, donde lució las agilidades vocales, muy apreciadas en este tipo de cuerda.
También llamó la atención Dogni colpa la colpa maggiore de Reutter y Gratias agimus tibi de la Misa a cinco voces de Davide Perez, partituras seleccionadas en la segunda parte, donde se entregó al público bogotano, quien lo aplaudió con gran calidez. En todo el recital el cantante estuvo acompañado por la orquesta barroca Il Pomo d’Oro, dirigida por Maxim Emelyanychev con gracia y dinamismo desde el clavecín. Se agradece que el maestro le dio vigor, fuerza y dinamismo al conjunto para que las obras tuviesen diversos colores en el apoyo vocal al solista.
El recital de Orliński en Bogotá llenó las expectativas espirituales del XI Festival Internacional de Música Sacra de Bogotá. Si bien, el contratenor estuvo pendiente de la emisión, de la respiración y se percibía que muchas de las obras eran nuevas en el repertorio, logró captar toda el aura espiritual de las piezas seleccionadas, sin caer en el ego de muchos cantantes de proyectar su voz sin ningún sentimiento. En este caso, el rasgo sacro se complementó con énfasis a los versos, así como a los dinamismos de la voz. De este modo, se puede considerar un excelso concierto con un sentimiento piadoso, pero a la vez sensorial por el manejo interpretativo del cantante.
Ricardo Visbal Sierra