Scarlatti en clave contemporánea
Llega a Madrid la pianista Irene Veneziano para inaugurar el 9 de octubre la cuarta temporada del Ciclo de las 555 Sonatas de Scarlatti que organiza el Instituto Italiano de Cultura. Una odisea y una osadía (no se recuerda una integral parecida en España) que ha reabierto el debate en torno al grado de compatibilidad del piano moderno y el repertorio barroco. No se trata, en cualquier caso, de reivindicar estilos o fórmulas sino de confirmar la vigencia del legado scarlattiano. La clave, a fin de cuentas, está en el intérprete, en cada uno de los músicos que en los últimos tres años han pasado por la capital desgranando el catálogo Kirkpatrick de Sonatas.
Será Pergolesi (alumno aventajado de Alessandro Scarlatti) el protagonista del segundo concierto del ciclo (11 de diciembre). El programa de Il Pergolese revisará en clave contemporánea una selección de sus arias de ópera y recuperará los pasajes más conmovedores del Stabat Mater, además de algunas danzas, sonatas para violonchelo y fragmentos de piezas instrumentales que inspiraron el ballet Pulcinella de Stravinsky. Cada pieza ha sido cuidadosamente restaurada por la cantante italiana Maria Pia de Vito, instigadora del proyecto, y el pianista francés François Couturier, autor de los arreglos.
A lo largo de sus tres primeras temporadas, el Instituto Italiano ha convocado a los mejores clavecinistas y pianistas de cada especialidad, pero nunca hasta ahora se habían acometido las Sonatas al fortepiano. Que no es el instrumento específico de estas partituras, aunque existen pruebas de que Scarlatti lo usaba ocasionalmente para componer. Quizá a su pesar, si tenemos en cuenta que ordenó convertir en clave varios fortepianos de la colección privada de Bárbara de Braganza. Para Yago Mahúgo, que comparecerá el 15 de enero sentado al fortepiano, la literatura barroca pocas veces se puede leer en las siete octavas de los Steinway modernos. “El clave y el fortepiano preservan mejor la esencia filológica de esta música. ¿Se puede interpretar una cantata de Bach en saxofón? Por supuesto, y seguro que el resultado es interesantísimo. Pero no hay que olvidar que las Sonatas fueron concebidas para un determinado instrumento”.
A pesar de lo cual existe un nutrido catálogo de arreglos y versiones de las Sonataspara guitarra, arpa y acordeón. Instrumento, este último, que en las últimas décadas ha irrumpido con fuerza en las salas de concierto e inspirado un creciente número de estrenos de compositores contemporáneos. Uno de sus mayores impulsores ha sido Teodoro Anzellotti, protagonista del cuarto concierto (12 de febrero). Para Anzellotti las Sonatas gozan de una suerte de intemporalidad. “Cada una de las 555 kas es una llave maestra que abre mil puertas: del clasicismo del siglo XVIII a las vanguardias de nuestros días”. Por su parte, el guitarrista Luigi Attademo interpretará el 16 de abril un surtido variado de obras de Scarlatti, Falla, Turina, Moreno Torroba y Tomás Marco.
El sexto concierto correrá a cargo del violinista Massimo Spadano y del clavecinista Luca Guglielmi, que han preparado un programa puente entre Scarlatti y Boccherini. “Escuchando la música de ambos compositores se pueden apreciar similitudes de estilo y puntos de encuentro en lo que se ha venido a llamar el ‘estilo madrileño’ de la escuela napolitana”, cuenta el violinista. “El vasto legado instrumental de Boccherini permitirá conectar el violín con las Sonatas de Scarlatti”. Para Guglielmi la afluencia de músicos italianos en Madrid fue el caldo de cultivo perfecto para el florecimiento cultural de España al calor de las nuevas corrientes estéticas italianas. “La escuela italiana se convirtió en una moda. Todo el mundo quería escuchar música napolitana”.
El penúltimo concierto del Ciclo (4 de junio) está planteado como un viaje de ida y vuelta. La soprano Raquel Andueza abordará un programa que recupera la cantada al Santísimo al estilo italiano Flavescite, serenate del madrileño José de Torres y varios fragmentos de la zarzuela en dos actos Viento es la dicha de amor y de Selva florida del aragonés José de Nebra. Entre medias, la cantante navarra y los músicos de La Galanía establecerán un vínculo sentimental con Scarlatti a través de la bellísima Introduzione alla cantata contenida en Pur nel sonno almen tal’ora y estrenarán Lettere amorose, obra de encargo a la compositora Silvia Colasanti.
El broche de oro lo pondrá el 18 de junio el pianista y compositor Uri Caine, uno de los músicos más renovadores del panorama jazzístico de las últimas décadas. El Instituto Italiano ha encargado al estadounidense la obra Scarlatti Project, una relectura de las Sonatas a través de diferentes técnicas de improvisación. “Lo que llama la atención de las Sonatas, más allá de la riqueza de vocabulario armónico, es la sencillez del resultado: la claridad del sonido, el toque preciso, la nítida articulación”, asevera Caine. “De esta manera, Scarlatti cumple con el viejo sueño de todo compositor: hacer que lo difícil parezca fácil”.