Corona news 4: Para todos los gustos
Pasan los días y uno tiene la impresión de que, aunque vamos sabiendo más cosas respecto al virus, como cabría esperar, también vamos descubriendo lo mucho que aún no sabemos. Hoy mismo pueden encontrarse expertos que defienden que el virus está perdiendo fuerza (y eso podría ser cierto, ojalá, pero de momento es solo una mezcla de impresión e hipótesis: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2020/05/28/5ecfedd9fc6c83ce408b462a.html) pero también se encuentran expertos, igualmente reconocidos, que están preocupados porque la actual, relativa calma y tendencia descendente en el número de casos podría dar una falsa sensación de tranquilidad, de “esto ha pasado ya”, cuando tan solo podría ser el preludio de un rebrote aún peor que el inicial, algo que ya ocurrió en 1918.
El Dr. Michael Osterholm, director del Centro de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota y uno de los mayores expertos mundiales en la materia, apunta en esa dirección en este vídeo:
Al iniciarse la pandemia en EEUU, el SARS-Cov-2 no estaba ni siquiera entre las 100 principales causas de mortalidad allí. En las últimas semanas ha habido días en que ha sido la causa número 1 de mortalidad allí. Osterholm dice que ni siquiera en 1918 se vio un escenario así.
Y, para enredar más, surge la figura del “supercontagiador” (que tampoco es nueva en el panorama de las pandemias), y que podría explicar que la presencia de tan solo uno de esos supercontagiadores en un grupo de personas, especialmente en un local cerrado, se traduzca en un contagio masivo dentro de ese grupo (https://www.sciencemag.org/news/2020/05/why-do-some-covid-19-patients-infect-many-others-whereas-most-don-t-spread-virus-all).
En este escenario de incierta perspectiva, lógica, porque se hace evidente lo que no sabemos sobre la materia, el público sigue asistiendo, no sin cierta perplejidad, a todo un caleidoscopio de decisiones y recomendaciones, a menudo contradictorias, que finalmente terminan por confundir al más pintado. Así, en materia de reanudación de la actividad, hemos visto desde estas mismas páginas que la Gewandhaus abre en junio con un festival de verano muy camerístico, los Proms se inician en julio, pero en versión enlatada, sin que haya conciertos en vivo hasta el 28 de agosto, la Filarmónica de Viena y la Sinfónica de Viena ofrecen conciertos con aforo muy reducido y sin que, en el momento de escribir esto, esté claro para el público qué protocolo de seguridad van a seguir los músicos. El Festival de Lucerna tendrá finalmente una versión “reducida” cuyos detalles no se conocen aún, y la Orquesta del Concertgebouw ofrecerá un par de conciertos sinfónicos por streaming con los músicos a 1,75 m de distancia.
En nuestro país, vuelve ADDA Simfònica con conciertos “íntimos” con aforo limitado, y ayer mismo se anunció, en cambio, una ambiciosa programación del Festival de Granada que incluye tres conciertos sinfónico-corales (Requiem de Mozart y Novena de Beethoven, ésta por duplicado), y un total de 8 conciertos sinfónicos más.
Mientras tanto, siguen llegando protocolos en relación a los coros, desde el de la Confederación Coral del País vasco (https://www.facebook.com/pg/fecormad/posts/?ref=page_internal), muy detallado incluso en el tamaño de las salas de ensayo en función del número de cantantes y con recomendación de 2 m de distancia entre cantantes, hasta el del León de Oro, que establece 2 m de distancia a cada lado de cada cantante y 4 m entre filas si el contingente obliga a actuar con más de una fila de cantantes (http://elleondeoro.com/wp-content/uploads/2020/05/LDO-Covid-medidas-para-Conciertos.pdf) y que tiene también un protocolo detallado para ensayos (http://elleondeoro.com/wp-content/uploads/2020/05/LDO-Covid-medidas-para-Ensayos.pdf). La impresión es que, tanto en lo que se refiere al “tamaño” de la actividad retomada como a los protocolos existentes, hay para todos los gustos.
Mientras tanto, planea otra incógnita que ya planteé hace unos días desde otro foro (https://www.enfumayor.com/2020/05/17/hacia-una-prudente-andadura/): ¿se va a animar el público a asistir en este nuevo escenario? Los norteamericanos realizaron a finales de marzo un primer sondeo sobre 1000 personas para averiguar el posible impacto del Covid 19 sobre la asistencia a eventos en vivo ( http://performanceresearch.com/covid-19-is-ratcheting-up-consumer-anxiety-about-future-events-but-there-are-silver-linings-for-the-sports-and-entertainment-industry/). La pregunta era si, una vez los eventos fueran seguros, asistirían a más, a menos o a la misma cantidad de eventos que antes del Covid. El 44% contestó que asistiría a menos, el 38% contestó que iría más o menos a los mismos, y el 18% que asistiría a más eventos. Comprensiblemente, los eventos en lugares cerrados despertaban más preocupación.
Hace unos días, el sondeo se repitió (https://www.theticketingbusiness.com/2020/05/21/study-highlights-uptick-live-events-anxieties-due-covid-19/), y los resultados habían empeorado, de forma que el 44% que había expresado que iría a menos eventos había crecido hasta el 52%, y el porcentaje de gente que manifestaba que le daría miedo durante bastante tiempo asistir a un “gran evento público” había pasado del 47% al 60%.
Obviamente los resultados de estos sondeos no tienen por qué ser extrapolables a otros países, dado que la idiosincrasia de la población puede ser muy distinta. También es cierto que la pregunta se hacía a público en general, y es cierto que el de la música clásica tiene ciertas peculiaridades, especialmente en lo que a edad se refiere. De forma que, en cierto modo, seguimos con esa incógnita.
Hay oferta de actividad y protocolos de seguridad para todos los gustos. Hay muchas ganas, de público y de profesionales, por volver. Pero es probable, y comprensible, que exista también bastante temor. Veremos…