BILBAO / ‘L’elisir d´amore’: del humor a la ternura
Bilbao. Palacio Euskalduna. 18-XI-2023. Temporada de ABAO Bilbao Opera. Elena Sancho Pereg, Joel Prieto, Pablo Ruiz, Paolo Bordogna, Marta Ubieta. Coro de Ópera de Bilbao. Sinfónica de Bilbao. Director musical: Yván López-Reynoso. Directora de escena: Marina Bianchi. Donizetti: L’elisir d’amore.
El hecho de que Donizetti tenga una presencia sobredimensionada en las temporadas de ABAO Bilbao Opera (desde 2015 se han representado Roberto Devereux, Lucrezia Borgia, Don Pasquale, Lucia di Lammermoor, Anna Bolena y L’elisir d´amore) no impide reconocer el encanto que el ambiente rural, los motivos tradicionales de la comedia y las melodías sencillas confieren a esta ópera dotada también de cierta hondura en la medida en que los efectos del “elixir” enfrentan a los personajes a sus íntimos sentimientos. La puesta en escena de Marina Bianchi para el Teatro Regio di Torino ambienta la acción en un pueblo italiano de los años cincuenta y, entre referencias al neorrealismo de entonces, antepone la atmósfera y el cuidado de la estética a los claroscuros que llevan la historia de lo ligero a lo profundo, sin traspasar la monotonía de esas vidas sencillas en las que irrumpe la personalidad vehemente del doctor Dulcamara. Más diversa, dotada de lirismo y enlazada a la finura argumental de la obra, además de atenta a los solistas, resultó la labor de Yván López-Reynoso al frente de una BOS sin aristas en el sonido.
De los cantantes hay que destacar a Elena Sancho en una Adina sutilmente retratada como muchacha coqueta y caprichosa que va adquiriendo conciencia de su ternura. Uno la recuerda hace trece años en la final del Concurso Julián Gayarre de Pamplona (“sabe entreverar su canto de una cierta melancolía y, pese a su juventud veinteochesca, también de nostalgia”, escribió Joaquín Martín de Sagarmínaga en estas páginas) y la buena impresión de entonces se ha visto refrendada con el paso del tiempo: por la pureza de emisión y la dulzura de su canto la partitura iba ganando brillo a su paso. Como ella, Marta Ubieta (Gianetta) es una cantante en la que siempre se puede confiar. Se esperaba más del Nemorino de Joel Prieto, de voz algo apretada y escaso de matices en “Una furtiva lagrima”, aunque supo otorgar al personaje ciertos aires de nobleza. En contraste, quizás de forma intencionada, Pablo Ruiz convirtió el suyo (Belcore) en un hombre desatento y rudo, lo que no terminó de casar bien con el estilo belcantista de la partitura, de igual manera que Paolo Bordogna aprovechó su indudable capacidad teatral para privilegiar el lado más burlesco de Dulcamara frente a la línea y la expresión comedida; y en vista de ello cabe preguntarse si no estarán sobrevalorados los excesos en el pequeño mundo de la ópera bufa.
Asier Vallejo Ugarte
(fotos: Enrique Moreno Esquibel)