BILBAO / ‘El rapto en el serrallo’: cuando llega el frío
Bilbao. Palacio Euskalduna. 20-I-2024. Temporada de ABAO Bilbao Opera. Moisés Marín, Jessica Pratt, Leonor Bonilla, Mikeldi Atxalandabaso, Wojtek Gierlach, Wolfgang Vater. Coro de Ópera de Bilbao. Euskadiko Orkestra. Directora musical: Lucía Marín. Director de escena: Mariano Baudin. Mozart: El rapto en el serrallo.
La “más loca alegría” que despertaba en Mozart la idea de componer un Singspiel se ve plasmada en la incontenible vitalidad que recorre la música de El rapto en el serrallo. Ese impulso de vivirlo y contarlo todo resplandece desde la obertura, que adelanta en gran medida el colorido orquestal y el ritmo general de la obra, aunque en esta función bilbaína se convirtió en presagio de una velada fría, sin auténtico júbilo, en la que los resultados no siempre fueron unidos a la profesionalidad y las buenas intenciones de las personas implicadas. La dirección musical de Lucía Marín no terminó de despegar y la Euskadiko Orkestra no mostró, pese a la efervescencia de la escritura mozartiana, su habitual pujanza en el sonido.
El resultado escénico fue igualmente pálido en el montaje algo naíf de Mariano Bauduin, que no compensa con su ingenuidad y su limpieza lo que pierde por su estrechez de ideas; prueba de ella es el estatismo con el que resuelve el gran reto escénico que supone la introducción orquestal del aria “Martern aller Arten”. Fue muy enfatizada la condición de bárbaro de Osmin en contraposición al magnánimo Selim (Wolfgang Vater), por lo que pueden entenderse los excesos a los que fue dado Wojtek Gierlach, pero ello no impide reconocer la falta de rotundidad vocal para dotar al personaje y a sus arias (particularmente a “Oh, wie will ich triumphieren”) de toda su relevancia. Tampoco Moisés Marín salió del todo airoso en su debut como Belmonte, un papel que suponía un gran salto cualitativo respecto a los roles secundarios abordados recientemente en las temporadas de ABAO. Lo afrontó con gusto y buena línea, pero con proyección justa y una cierta inseguridad que lo llevó a pasar verdaderos apuros en el tramo final del aria “O wie ängstlich, o wie feurig”, donde parece fácil lo que en realidad es muy difícil.
Los momentos más luminosos vinieron de la mano de los restantes solistas. Uno encuentra más en su ambiente a Jessica Pratt en el repertorio belcantista, con el cual ha obtenido grandes triunfos en Bilbao (Amina, Norina, Lucia y Elvira), y de esa experiencia se nutre para componer una Konstanze algo hierática pero de indudable virtuosismo vocal. Mikeldi Atxalandabaso fue un Pedrillo de manual escénica y musicalmente, magnífico a la hora de conjugar el fondo cómico del personaje con el sutil lirismo de la serenata del tercer acto. Y Leonor Bonilla compuso una Blonde de gran pureza, emotiva y retadora en su carácter, de agudos nítidos y con el estilo dentro de ella: por arias como “Durch Zärtlichkeit und Schmeicheln” querremos recordar este Rapto.
Asier Vallejo Ugarte
(fotos: Enrique Moreno Esquibel)