BILBAO / BOS: mirando a Ucrania

Bilbao. Palacio Euskalduna. 6-X-2022. Marie-Pierre Langlamet, arpa. Orquesta Sinfónica de Bilbao. Director: Erik Nielsen. Obras de Isasi y Glière.

Lejos de iniciar la temporada con un programa popular, en su concierto inaugural la Sinfónica de Bilbao quiso recordar la música de Ucrania a través de dos piezas de de Reinhold Glière separadas por tres décadas cruciales en la historia del país y en la suya propia. La Sinfonía n° 2 (1907), cuyos primeros celebrantes fueron Serge Koussevitzky y la Filarmónica de Berlín, muestra su manera tan poderosa como efectiva de combinar las formas heredadas de los clásicos y la expresión neorromántica rusa adquirida en sus años de aprendizaje en Kiev (su ciudad natal) y Moscú. Aunque se estrenaba en España, en sus distintos temas sobrevenía el elemento universal que la hacía muy cercana junto a un lirismo que Nielsen atrapó desde el primer instante para nivelar la exuberancia que la preside en sus cuatro movimientos, de los cuales solo el último posee un tono ligeramente artificioso.

Muy distinto era el paisaje de fondo en su famoso Concierto para arpa y orquesta de 1938, año en el que recibió la distinción de Artista del Pueblo de la URSS; la tela con la que tejía su música seguía siendo la misma, pero su clasicismo es más puro que el de la sinfonía y la presencia del arpa demanda un tono más intimista, casi de música de cámara, que nos conduce irremediablemente a la belleza. Marie-Pierre Langlamet (solista de la Filarmónica de Berlín desde los tiempos de Abbado) ofreció una interpretación a la que no se podría pedir más en cuanto a presencia, elegancia y musicalidad, delicadamente acompañada por un Nielsen tan sobrio y envolvente como la propia música, además de capaz como nadie de modelar el sonido de su orquesta y hacerlo ideal lo mismo para esta joya neoclásica de Glière que para el suntuoso poema sinfónico de Andrés Isasi (El pecado) que había abierto la velada.

Asier Vallejo Ugarte