Bienvenida Florence Price
FLORENCE PRICE:
Sinfonías nº 1 y 3. Orquesta de Filadelfia. Director: Yannick Nézet-Séguin. DG (1 CD)
Bienvenida sea la recuperación de Florence Price, la compositora que, desde su condición de mujer afroamericana, debió salvar todos los obstáculos posibles en su época para llegar a ser lo que quería. Niña prodigio, de familia más bien acomodada y educación selecta, maltratada por su primer marido, luchó por su propia obra pero también por la educación de los jóvenes de su comunidad. Cercana a Langston Hughes y a Marian Anderson, su catálogo —una buena parte de su obra fue descubierta en 2009 y nueve años después Schirmer se hacía con los derechos universales de la misma— abarca canciones, sinfonías, obras corales y orquestales.
Dentro de lo que al parecer será un proyecto dedicado a Price por parte de la Orquesta de Filadelfia y su titular Yanik Nézet-Séguin, nos llega esta primera entrega con la Primera (1931-1932) y la Tercera (1938-1940) de sus cuatro sinfonías. Price domina la materia, desde lo académico a lo popular, de manera que integra en su discurso la gran tradición —Bruckner muy claramente en las transiciones del primer movimiento de la Sinfonía nº 1—, Dvorák —su Novena, claro está, porque comparte con ella la inspiración de determinadas melodías del nuevo mundo— o Coleridge-Taylor por la misma razón. Pero, ojo, no es Price quien sigue a los dos últimos sino los tres los que se benefician de la fuente popular, desde las canciones a los himnos congregacionales —era cristiana bien comprometida— añadiendo ella esa mezcla de respeto y transgresión de que había hecho gala Charles Ives. Todo, naturalmente, en un lenguaje perfectamente tradicional y de prosodia clarísima en un momento en el que el modernismo le permite integrarse en él aun con tan pocos rasgos de verdadera modernidad, más apreciables en la Tercera.
De las sinfonías Primera y Cuarta conocíamos las estupendas y reveladoras versiones de la Fort Smith Symphony dirigida por John Jetter (Naxos, 2019) y ya se anuncia para ya, en el mismo sello, la Tercera más The Mississippi River y Ethiopia’s Shadow in America con la Orquesta Sinfónica de la Radio de Viena y el mismo director. Fue el primero pero con estas magníficas lecturas —más las que vengan en el proyecto citado— de la Orquesta de Filadelfia y Yanik Nézet-Séguin el pez grande se comerá al chico. Así es la vida.
Luis Suñén