BERLÍN / ‘Intolleranza 1960’, de Luigi Nono: la Komische Oper como desierto de hielo
Berlín. Komische Oper. 23-IX-2022 /Luigi Nono: Intolleranza 1960 / Sean Panikkar, Gloria Rehm, Ilse Ritter, Deniz Uzun; Chorsolisten der Komischen Oper Berlin und Vocalconsort Berlin. Orchester der Komischen Oper Berlin. Director musical: Gabriel Feltz. Director de escena: Marco Štorman. Escenografía: Márton Ágh.
La Komische Oper de Berlín inauguró de forma espectacular la nueva temporada con Intolleranza 1960, de Luigi Nono, para la cual el escenógrafo Márton Ágh transformó el auditorio de la Behrenstraße en un desierto de hielo cubierto de niebla, disolviendo con ello, tal y como pretendía el compositor, la disposición escénica tradicional. El regista Marco Storman escenifica la acción en torno al emigrante que quiere volver a su patria desde una mina, es detenido y torturado y al final logra huir con una acompañante en una barcaza, para acabar siendo víctima de la subida de la marea. Storman renuncia a cualquier recurso estilístico de corte naturalista, correspondiendo así a la alienación óptica del decorado.
Las balconadas y la gran araña del techo se cubrieron à la Christo con telas blancas, mientras que las butacas del patio se retiraron y fueron sustituidas por una plataforma cubierta de espuma blanca, sugiriendo la presencia de témpanos de hielo. La mayoría del público estaba sentada en el escenario, y algunos espectadores alrededor del patio en asientos de plástico blanco, a quienes se invitaba a participar mediante una capa blanca colocada en cada asiento que podían ponerse a voluntad. Los miembros del coro vestían trajes blancos de cuerpo entero, tocados y rostros cubiertos con cascos de apicultor.
Uno de los pocos efectos de color lo aportó Gloria Rehm en el papel de la acompañante, que apareció como una hechicera de cuento de hadas con un traje negro cubierto de plumas y un brillante tocado. La soprano, de timbre agudo y cristalino, dominó de forma soberbia la tesitura extrema del papel. También destacó visualmente Ilse Ritter, ataviada con un traje pantalón negro, en el papel del ángel de la historia, asumiendo todos los pasajes hablados. Recitó el poema de Brecht An die Nachgeborenen, así como un texto escrito por Carolin Emcke para esta producción, todo ello en un tono amanerado à la Hanna Schygulla.
También brilló desde el punto de vista vocal Deniz Uzun en el papel de la esposa del emigrante, ataviada igualmente como una figura de cuento de hadas, con una melena rubia de ángel y un largo vestido blanco con cola, velo y aureola. En los papeles secundarios, Tom Erik Lie (Un argelino) y Tijil Faveyts (Un torturador) estuvieron igualmente estupendos, tanto en lo vocal como en lo actoral. Así y todo, el gran triunfador de la noche fue el tenor Sean Panikkar en el papel del Emigrante, quien fue capaz de cubrir con su excepcional flexibilidad vocal una amplísima gama de tonos, desde los graves baritonales hasta las expuestas alturas de un altista. Su inquietante interpretación del destino de este hombre que atraviesa un mundo de terror y busca hasta el final una posible escapatoria resultó plenamente convincente.
El equipo escénico propuso una imagen fuerte y muy actual para representar esta huida: tras construir una barcaza a partir de los tablones de un barco hallado en el desierto de hielo, sin espacio suficiente para los innumerables refugiados que suben en ella en busca de rescate, la marea sube incesantemente, provocando un final apocalíptico. Fuera de escena, las voces de los solistas corales de la Komische Oper y del Vokalconsort de Berlín entonaban con fuerza un texto de Brecht. Una vez más, este conjunto demostró su singularidad con una soberbia precisión y un admirable control del sonido.
Situada en una grada por encima del escenario, la orquesta de la Komische Oper, dirigida por Gabriel Feltz, consiguió que los bloques de sonido dolorosamente disonantes de la música produjeran un poderoso efecto, así como las numerosas filigranas que recorren la partitura y recuerdan al sonido coral del Renacimiento. La representación fue un impresionante testimonio de las capacidades de este teatro, así como un brillante debut para el nuevo director artístico, y el público del estreno respondió con eufóricas e interminables ovaciones. La cuestión es, por supuesto, si el gigantesco y costosísimo esfuerzo está justificado en vista de las actuales medidas de austeridad.
Bernd Hoppe
Foto: Barbara Braun