BERLÍN / Christof Loy pone en escena una soberbia ‘Francesca da Rimini’ de Zandonai

Berlín. Deutsche Oper. 29.V. 2023. Riccardo Zandonai: Francesca da Rimini. Sara Jakubiak, Jonathan Tetelman, Ivan Inverardi, Charles Workman, Lexi Hutton, Irene Roberts. Dirección musical: Ivan Repusic. Dirección escénica: Christof Loy.
La nueva producción de la Deutsche Oper de la tragedia Francesca da Rimini, de Riccardo Zandonai, se estrenó en streaming durante la pandemia, en marzo de 2021, y ahora vuelve a representarse ante el público físico en una serie de funciones in loco. Estamos sin duda ante uno de los grandes acontecimientos de la temporada berlinesa. Christof Loy ha puesto en escena la trama basada en los versos de Gabriele d’Annunzio con penetración psicológica, tensión desbordante y en un entorno de cautivadora estética. Loy traslada esta obra sobre el engaño, el adulterio y el doble asesinato, estrenada en Turín en 1914, de la época del Renacimiento a la de su creación, para lo cual Johannes Leiacker ha ideado una refinada escenografía de estilo Art Nouveau. Un elevado muro con decoración floral deja en el centro una amplia abertura a modo de portal, detrás del cual se ubica un jardín de invierno con palmeras y muebles de mimbre. Sus ventanas traseras ofrecen la vista de un paisaje a la manera de Claude Lorrain, un encantador idilio arcádico que contrasta con la brutal guerra civil entre güelfos y gibelinos. Loy representa las batallas y la agitación permanente en la ciudad con una crudeza realista y sin concesiones. La caracterización de los personajes es magistral, con Francesca en el centro, de la que están enamorados tres hermanos de la familia Malatesta. La van a casar con el mayor y cojo Gianciotto, a pesar de las pretensiones del más joven y apuesto Paolo. La producción ha contado con dos intérpretes ideales para los dos papeles principales. La soprano Sara Jakubiak brilló con una voz penetrante y desbordante de atractivo sensual pero también de amenazadora potencia. Como Paolo, el tenor Jonathan Tetelman fue el apuesto galán latino que exige el papel, dotado de un timbre baritonal y heroico de reservas casi inagotables. El dúo de ambos en el segundo acto, lleno de amarga dulzura y melancólica tristeza, resultó embriagador, y el éxtasis de la última escena fue también de una tensión inaudita y un efecto estremecedor.
La excepcional interpretación de ambos protagonistas en sus vocalmente exigentes papeles, fue tanto más notable cuanto que Ivan Repusic, en el foso de la orquesta de la Deutsche Oper Berlin, tradujo la composición de Zandonai -una mezcla de verismo italiano, impresionismo francés e influencias wagnerianas- de una manera que no era precisamente cómoda para los cantantes. Un torrente de música se abalanzó sobre el público, un inaudito caudal sonoro que se ajustaba perfectamente con el psico-thriller de la trama. Aparte de los dos magníficos protagonistas, no hubo ni un solo punto débil en el resto del reparto. El barítono Ivan Inverardi fue un Gianciotto debidamente robusto y brutal, tanto en lo vocal como en lo físico; el tenor Charles Workman fue un espléndido Malatestino dall’Occhio, que delata por celos el adulterio de Francesca a su marido, lo que desemboca en el doble asesinato. Lexi Hutton interpretó de forma conmovedora a Samaritana, la hermana enferma de Francesca, e Irene Roberts encarnó con decisión a Smaragdi, su confidente. La respuesta del público fue entusiasta, con todo merecimiento.
Bernd Hoppe