Beethoven-Birtwistle, un emparejamiento singular
BEETHOVEN/BIRTWISTLE:
A bag of bagatelles / Nicolas Hodges, Piano / Wergo
El compositor vivo más audaz de Inglaterra nunca se preocupó demasiado por el piano. Harrison Birtwistle empezó con el clarinete, compuso óperas en su cabeza y escribió una sin utilizar la cuerda. Cuando le pidieron un concierto para piano, entregó algo llamado Antiphonies, que se acerca más a una pelea callejera que a una conversación entre el piano y la orquesta. Da la impresión de que no le gusta nada de un instrumento que no sea la coloración percusiva.
A sus 87 años, Birtwistle posee una imaginación sonora única y un enfoque de la música que omite muchos de los ladrillos del edificio. Una vez me dijo que la única sinfonía de Mahler que conocía era la tercera, y que no escuchó a Wagner hasta pasados los cincuenta. Así que cualquier emparejamiento de Birtwistle con Beethoven es una declaración de afinidad y descubrimiento, una tardía intercalación de mentes originales. El propio Birtwistle dice: “Beethoven nunca hace lo que uno supone que va a hacer. De ahí su brillantez. Siempre es una sorpresa. Puedes conocer bien la pieza, pero la sorpresa siempre está ahí”. De su propia música añade: “No entiendo mis piezas, por supuesto. Y no quiero entenderlas”.
Llevo meses dándole vueltas a este álbum, absteniéndome deliberadamente de cualquier búsqueda de significado. El pianista Nicolas Hodges revolotea desde el último Beethoven -las esquivas Bagatelas, opus 126- hasta el último Birtwistle, obras escritas entre 2006 y 2014. Lo inquietante es que Hodges hace que Beethoven suene tanto a Birtwistle -y viceversa- que uno -el oyente- nunca sabe muy bien dónde está. Una vez superado el shock, la confusión resulta estimulante.
La obra de Birtwistle llamada Gigue Machine podría ser fácilmente una de esas furias cuasi atonales de Beethoven, tal vez incluso Für Elise tocada al revés en la tonalidad equivocada. El disco incluye un allegretto de 1821 sin número de opus que nunca había escuchado antes. Encaja perfectamente con la Dance of the metro-gnome de Birtwistle. Aquellos que escuchan la música con una mente abierta se lo van a pasar en grande con esta música. Hodges es un genio, de alguna extraña manera.
Norman Lebrecht