BARCELONA / Una fiesta vocal cierra la temporada del Liceu
Barcelona. Gran Teatre del Liceu. 14-VII- 2019. Luisa Miller, de G. Verdi. Sondra Radvanovsky, Piotr Beczala, Michael Chioldi, Dmitry Belosselsky, Marko Mimima, J´Nai Bridges. Coro y orquesta del Liceo. Director musical: Domingo Hindoyan. Director de escena: Damiano Michieletto. Producción de la Ópera de Zúrich.
El Liceo cierra con éxito su temporada de ópera con una moderna producción de Luisa Miller estrenada en la Ópera de Zurich en 2010 que, gracias a la espectacular actuación, siempre in crescendo, de la soprano estadounidene Sondra Radvanovsky y el tenor polaco Piotr Beczala, desató pasiones en el coliseo de la Rambla.
El director de escena italiano Damiano Michieletto propone una lectura teatral más bien confusa de este gran título verdiano de transición, en clave psicoanalítica, que centra su mirada en la relación entre padres e hijos y muestra el amor desde la infancia de Luisa y Rodolfo y su trágico fina, fruto del odio y el enfrentamiento entre sus respectivos progenitores. Funciona bien la escenografía de Paolo Fantín, un espacio giratorio y fragmentado que, como si fuera un juego de espejos, ambienta la acción en cuatro habitaciones y dos niveles de vivienda que corresponden a la burguesía y la clase social inferior.
Decepciona en el foso el joven director venezolano Domingo Hindoyan: falta sentido verdiano en el pulso del relato, conducido en un permanente tira y afloja, con contrastes contudentes y más fuerza que finura en los detalles. Responden con entrega y oficio la orquesta y coro del teatro, pero sin el brillo que, por fortuna, ofrecen las voces, cuestión siempre determinante cuando se trata de pasiones verdianas.
De hecho, la pareja de divos que encabeza el reparto, es tan notable que cabe hablar de auténtica fiesta vocal. Radvanovsky, con mágicos pianísimos y una escena final impresionante y Beczala -estuvo magnífico en Quando le sere al placido– afrontan la exigente escritura verdiana con valentía y acentos intensos en las escenas de mayor dramatismo – son voces muy líricas- y emocionan con una canto de belleza y expresividad arrolladora.
En el resto del reparto hay voces potentes, pero en cuestiones de elegancia y fraseo se mueven a años luz de la pareja protagonista. El barítono norteamericano Michael Chioldi luce un caudal generoso y canta con arrojo y trucos veristas, muy en la línea de un Sherril Milnes. El bajo ruso Dmitry Belosselsky y su colega, el croata Marko Mimica, resuelven sus cometidos con más fuerza que cuidado en los matices. Fue a menos, la mezzosoprano estadounidense J´Nai Bridges como discreta Federica y en buena forma las dos voces catalanes -la mezzo Gemma Coma-Alabert (Laura) y el tenor Albert Casals (aldeano)-que completan el reparto. Javier Pérez Senz.
Javier Pérez Senz