BARCELONA / La molinera más bella en la voz de Schuen

Barcelona. L’ Auditori. 18-III-2021. Ciclo Schubertíada. Andrè Schuen, barítono. Daniel Heide, piano. La Bella Molinera de Schubert.
El barítono Andrè Schuen ocupa un puesto particular dentro de la nueva generación de lideristas. En su voz, su dicción y en su manera de cantar parece conjugarse aquella sabiduría que han atesorado los grandes nombres del lied, encabezados por el recordado Fischer-Dieskau y que voces como las de Matthias Goerne han heredado para sublimar la música de Schubert. Y el cantante tirolés, un habitual en la Schubertíada de Vilabertran desde que debutó en 2018 acompañado por Daniel Heide cantando el ciclo de La bella molinera, abría la Schubertíada barcelonesa precisamente con esta veintena de extraordinarios lieder que interpretó con una maestría y expresividad maravillosas y de la que recientemente ha realizado una grabación para Deutsche Grammophon.
Si debemos responder a la pregunta sobre qué nos fascina de Schuen cuando canta Schubert, ante todo diremos su timbre y color de voz, sustentados por un registro medio que fluye con naturalidad hacia la tesitura aguda y que en nada adolece cuando debe sumergirse en sutiles pianissimi. Su proyección se torna amplia y tersa cuando las circunstancias lo demandan, y la nítida dicción logró que cada palabra de los poemas de Wilhelm Müller cobrase en la sala Oriol Martorell de l’ Auditori su justo valor expresivo.
Schuen juega en el alambre de la expresividad, manejando una amplia gama de recursos expresivos y vocales que fue destilando ya desde el celebérrimo ‘Das Wandern’. Planteó el ciclo de manera inteligente, haciendo hincapié en las tonalidades mayores en las que están escritos doce de los trece primeros lieder, para entrar en los siguientes de tonalidad menor con un canto de una profundidad expresiva sin igual. Su voz, además, congenió a la perfección con el excelente acompañamiento pianístico brindado por Daniel Heide. El recital culminó con ‘Des baches Wiegenlied’ en una lección de expresividad que nos recordó la legendaria versión de Hermann Prey y por supuesto la nada desdeñable de Thomas Quasthoff. Piano y voz se fusionaron en un solo ente para alcanzar una de las versiones más prodigiosas y repletas de sensibilidad que en la actualidad puede escucharse en directo de esta obra maestra de Schubert.
Schuen ha regresado a Barcelona -dentro de una gira que le llevará el próximo domingo a Madrid- después de su debut en el Palau a las órdenes de Rattle y la Filarmónica de Berlín en julio de 2013 cantando el Requiem de Fauré. Solo podemos desear que el barítono tirolés siga encauzando esta voz prodigiosa que le augura un futuro más que esplendoroso en el mundo liderístico, de oratorio y operístico.
Lluís Trullén