BARCELONA / Estelar DiDonato

BARCELONA. Palau de la Música Catalana. Ciclo Palau grandes voces / Joyce DiDonato, mezzo. Craig Terry, piano / Programa: Arias y canciones de Haydn, Mahler, Hasse, Haendel, Giordani, etc. / Palau de la Música Catalana. Domingo, 10 de enero de 2021
Acompañada por el pianista y arreglista Craig Terry, la mezzosoprano norteamericana Joyce DiDonato debutó en el Palau de la Música Catalana con un recital titulado In my solitude, un programa ecléctico integrado por arias de ópera, lieder de Mahler y canciones de cabaret. El concierto se inscribía dentro de una gira iniciada el pasado día 8 en Oviedo, con próxima escala en el Teatro Real de Madrid el miércoles 13, y a su vez reemplazaba el recital que la cantante debía ofrecer el pasado diciembre en el Palau junto a Il pomo d’oro –programa que sí pudo llevarse a cabo en Valencia el pasado 13 de diciembre- y que tuvo suspenderse a causa de la crisis sanitaria.
Ante un Palau que presentaba un gran aforo -condicionado obviamente por las restricciones- DiDonato desgranó un programa admirablemente trazado que se abría con la cantata Ariadna de Haydn. La pasión, la sorpresa, la angustia y el temor de Ariadna a la soledad tras ser abandonada por Teseo en Naxos, configuran un cúmulo de sentimientos en los que DiDonato desplegó todo su talento expresivo y su gran dominio escénico, mostrando de nuevo esa voz capaz de pasearse con absoluta naturalidad por los extremos de su registro, manteniendo siempre un centro vocal de singular belleza. Naturalidad del canto, proyección controlada, elegancia , son recursos todos ellos elevados a su máxima potencia gracias al enorme talento de una de las voces más aclamadas de la lírica.
DiDonato agradeció al público su asistencia al concierto, por lo que para ella supone el hecho de cantar en directo, y expresó sus deseos de ‘ver en la próxima ocasión la sala repleta de espectadores’. ‘La música’ -añadió la cantante- siempre me ha acompañado tanto en los momentos de alegría como en los de tristeza. La música de Mahler no es nueva para mí, y en ella podemos encontrar una respuesta a la humanidad, a la naturaleza y a lo más importante en la vida: el amor’. De modo que la mezzo acometió tres de los Rückert-Lieder –que cantaba en esta gira por primera vez- con serenidad, sublimando cada una de las frases referidas al amor eterno y a la prmonición de la muerte, con una gran carga de profundidad expresiva que se manifestó desde el lied inicial del ciclo, ‘Respiro una dulce fragancia’, al que rodea una aura romántica sobrecogedora.
Un Mahler conmovedor –con un Craig Terry espléndido- que dio paso a las dos visiones de Cleopatra que musicalmente nos legaron J.A.Hasse y Haendel. Aria de bravura, de complejas coloraturas la primera (‘Morte col fiero aspetto’, de Antonio e Cleopatra) , en la que DiDonato dio rienda suelta a su virtuosismo, a los juegos de artificio técnicos, para luego acometer la celebérrima aria da capo haendeliana ‘Piangerò la sorte mia’, de Giulio Cesare, con una sobrecogedora sensibilidad, pianissimi refinadísimos y gran emoción expresiva, propiciando en el Palau uno de esos instantes mágicos en los que el tiempo parece detenerse.
Fue un punto de inflexión en el recital antes de dedicar, con su simpatía habitual, Caro mio ben, de Giordano, a los cantantes que estaban en la sala. Se trataba del primero de los espléndidos arreglos realizados por el propio Craig Terry que pudieron escucharse en el recital, en la cual la música del aria antigua de Giordano se armonizaba con acordes y tensiones propias del blues, creando una atmósfera particular, con una DiDonato que nunca abandonó el buen gusto en el trazo vocal, impartiendo una lección magistral de refinamiento expresivo. Siguió con ‘Se tu m’ami / Star Vicino‘ de Parisotti, para luego acometer la exquisita música de Duke Ellington (In My) Solitude, título que servía como leitmotiv del recital.
Ya fuera de programa, la mezzo americana quiso terminar en plena sintonía con Craig Terry, acercándose al piano para tocar a cuatro manos Stardust de Hoagy Carmichael, además de la celebérrima y oscarizada Somewhere over the rainbow de Harold Arlen. Aplausos y más aplausos para despedir a una artista que terminó recordando al público no bajar la guardia ante la Covid -19 con la sugerente I love a piano de Irving Berlin, con un Craig Terry idénticamente estelar.
Lluís Trullén