BADAJOZ / Paseo por las cortes ibéricas
Badajoz. Iglesia de la Concepción. 10-IX-2022. Iberian Ensemble (Javier Andrade, traverso; Jardel Souza, viola da gamba; João Ferreira, tiorba). Obras de Vivaldi, Ortiz, Seixas y Scarlatti.
Fiel a la vocación iberista de la Sociedad Filarmónica de Badajoz, la vigésimo séptima edición de su Festival de Música Sacra y Antigua se abrió con un conjunto portugués, el Iberian Ensemble, que llevó a la ciudad fronteriza un programa centrado en las cortes ibéricas del Barroco. La verdad es que la sonata de Vivaldi, la nº 2 de su colección Il pastor fido, estaba cogida con alfileres con el argumento del peso de la música italiana en las cortes ibéricas. De todas formas siempre es agradable escuchar estas obras menos transitadas del peculiar sacerdote pelirrojo, que en esta ocasión tuvo una lectura, por cierto, muy pastoral de la mano del traverso de Andrade, con una articulación suave, de somera acentuación pero también sin dejarse seducir por el legato excesivo. Todo fluía con naturalidad y continuidad, sin apenas ornamentación y, eso sí, con unas larguísimas frases que evidenciaron el soberbio control del fiato del flautista portugués. Muy elegante, casi galante, el ritmo cadencioso, como de minué, del primer Allegro.
Siguiendo una práctica editorial muy común en el XVIII, el Iberian Ensemble realizó una versión para traverso y continuo de una sonata para clave de Carlos Seixas. Aquí el reto era trasladar a un instrumento de “sopro” (dicho sea en postugués) las largas frases de la mano derecha del original, algo que Andrade supo sortear merced a su amplia capacidad de administrar el aire sin mostrar desmayos ni pérdida de definición. En la realización del continuo estuvo más acertado Souza a la viola que Ferreira, a quien se le resistieron algunos pasajes rápidos sobre la zona superior.
Souza tuvo ocasión de mostrar a solo el sonido dulce, sin acidez ni notas metálicas, en la Recercada prima de Diego Ortiz (representante de la corte española de Nápoles), con dominio de la articulación en las glosas. Junto a la tiorba se encargó de la Recercada prima sobre tenores italianos, de nuevo con algunos desmayos en la tiorba y con estupenda prestación de la viola.
Similar operación a la realizada con la sonata de Seixas realizaron los intérpretes con las sonatas K 81 y K 89 de Domenico Scarlatti, dos de las pocas sonatas organizadas en tres (K 89) y cuatro (K 81) movimientos. Andrade tuvo nueva oportunidad de lucir su dominio del sonido, siempre dulce y de contornos constantes, sobre todo en el segundo Grave de la K 81, de desarrollo sinuoso que giraba sobre sí mismo una y otra vez, mientras que su capacidad para un fraseo lleno de agilidad emergió en el Allegro final. En la K 89 apareció por fin en el grupo una articulación más acentuada y de mayor vivacidad en la acentuación, sobre todo en un Allegro final en el que subrayaron con mucho gusto el ritmo afandangado sostenido por unos garbosos rasgueos en la tiorba.
Andrés Moreno Mengíbar
(Fotografía: Federico Mantecón)