Altavoces compactos y cercanos
Para tener en la mesa de trabajo y para escuchar de cerca, los altavoces compactos están ganando muchos adeptos porque ocupan poco espacio.
Hay una forma de escuchar música de la que ya hemos hablado anteriormente en esta sección, y que cada día tiene más adeptos ya sea voluntariamente o porque no queda más remedio. Es la ‘escucha cercana’ o ‘escucha en campo cercano’, es decir, cuando tenemos los altavoces muy cerca de nosotros. Estamos hablando de distancias en torno al metro, o incluso menos. En la mayoría de los casos se debe sencillamente a que no hay otra solución que tener las cajas en la misma mesa de trabajo donde esté situado el ordenador y escritorio.
Pero si lo hacemos bien, este tipo de escucha tiene muchas ventajas. La principal es que, al tener los altavoces tan cerca, el sonido que nos llegará a los oídos será directo y los efectos de la sala (casi siempre perniciosos) serán minimizados. Está a medio camino de escuchar música con auriculares. De hecho, así, con altavoces entre uno y dos metros, es como escuchan música muchos ingenieros de sonido cuando supervisan la edición de una grabación, para apreciar hasta el último detalle. La colocación de las cajas será igual de importante que cuando se trata de una sala: igual distancia al punto de escucha (importante) y con cierta distancia libre lateral y trasera (mejor no encajadas contra paredes, por ejemplo).
El tipo de cajas para este uso debe ser, lógicamente, compacto: altavoces de estantería, mejor si están pensados para escucha cercana. La palabra ‘monitor’ que solemos usar para ellos deriva precisamente del uso profesional, de la monitorización de grabaciones o programas. La mayoría de cajas compactas sirven en posición cercana, pero algunas sí están diseñadas para sonar mejor en libertad, es decir, sobre unos pies, en una sala mayor y a más distancia del oyente. En la mesa de trabajo deben quedar formando un triángulo a igual distancia de nuestros oídos y a metro o metro y medio máximo entre ellas, con soportes que las levanten un poco, a la altura del oído o apuntando ligeramente hacia arriba. ¶
En cajas compactas hay una gran oferta de modelos ‘activos’, es decir, que incluyen amplificación interna: se conectan a la fuente (ordenador, cd, etc…) y ya tenemos equipo. En algunos casos incluso disponen de conexión propia a la red o WiFi, que aún facilita más enviarles música: es el caso de las versátiles Kef lsx (1.199 euros la pareja) que ya son sorprendentes en una sala grande, más estando cerca. Sin irse tanto en precio, Edifier tiene varios modelos más asequibles, como los S880DB (279 euros pareja) con Bluetooth además de todo tipo de entradas. También los populares y compactos Audioengine a2+ (285 euros pareja). Como se usan mucho profesionalmente, hay monitores activos de diseño sobrio, pero grandes prestaciones, a precios aún razonables: las Genelec son un clásico, por ejemplo, las 8020 dpm (710 euros pareja).
Entre las cajas ‘pasivas’ más clásicas (necesitaremos amplificador aparte) hay altavoces de tan buena relación calidad/precio como los Q-Acoustics q3010i (249 euros) o algo más exquisito como las Spendor Classic 3/5 (1.590 euros). A medio camino, las Wharfedale Evo4.1 (549 euros). ¶
(Nota: los precios son PVP recomendado en la fecha de la publicación, marzo de 2021)
Josep Armengol
(Artículo publicado en el nº 371 de SCHERZO, de marzo de 2021)