ALICANTE / El triunfo de Pepe Romero
Alicante. Auditorio ADDA. 9-XI-2019. Kyuhee Park, Niklas Johansen, Ana Iordache, Daniel Guerola y Pepe Romero, guitarras. ADDA-Simfònica. Director: Erkki Lasonpalo. Obras de Rodrigo, Sibelius y Grieg.
Para abrir la edición del Ciclo de Guitarra del ADDA que organiza cada temporada con la colaboración del Máster en Interpretación de Guitarra Clásica de Alicante, liderados por el maestro Pepe Romero, se han reunido en torno a ADDA-Simfònica cuatro de los guitarristas más brillantes que han salido de sus cursos, interviniendo todos ellos en este concierto inaugural que llevaba por título ‘Día de la Guitarra’. Se ha contado para esta ocasión con la participación de un joven director de orquesta finés, Erkki Lasonpalo, para hacer un programa en el que se han contrastado obras del insigne compositor finlandés Jean Sibelius y del noruego Edvard Grieg con dos de las más significativas creaciones de nuestro maestro Joaquín Rodrigo.
Iniciando el concierto, se interpretó del primero la Suite “El Festín de Baltasar” op. 51 con la que su autor se interesó por la música de escena pensada en este caso para la obra de teatro La prohibición de los invitados de Baltasar del poeta finés Hjalmar Procopé, cuyo argumento se basa en un episodio de la vida del profeta Daniel. La identificación del director con esta sencilla obra elevó su valor estético dada la autenticidad de su lectura bien percibida por la orquesta, de manera especial en los movimientos extremos, de los cuatro que contiene, de marcado aire orientalista y en el delicado solo de flauta del tercero donde se lució la solista de este instrumento, siendo destacada por el maestro ante los aplausos del público.
El primer encuentro en la velada con la guitarra fue con el Concierto andaluz que escribiera Joaquín Rodrigo en 1967. Entre los cuatro solistas que requiere la obra destacó la coreana Kyuhee Park por ser la que iniciaba y mantenía las principales líneas de canto de esta particular obra concertante, función seguida y repartida con gran limpieza de tañido por parte de sus compañeros. Los sones imitativos de danzas españolas del primer movimiento, la serenidad mostrada en el tiempo central y el vigor del Allegretto final hicieron muy agradable su escucha lo que produjo la primera ovación de la noche.
El grado de cohesión alcanzado por la sección de cuerda de ADDA-Simfònica se pudo disfrutar en la Suite Holberg op. 40 de Edvard Grieg que abrió la segunda parte del concierto. Como si de una briosa máquina se tratara arrancó con impulso el vivo Praeludium dando la impresión de gran tensión dinámica y eficacia técnica, cualidades que se mantuvieron firmes y con calma en el subsiguiente Andante destacando las violas con su dulce canto. Estas, junto a los segundos violines, mantuvieron un ligero y punteado diálogo con el resto de la orquesta en la Gavota y así destacarse la elegante gracia de su contenido. Uno de los mejores momentos vino con el desgarro mostrado por la formación alicantina en la sonoridad de Aire, tiempo que precede al movimiento final, incrementado en el emocionante coloquio entre violonchelos y violines que contiene esa especie de trío donde pivota la reexposición de su tema principal. Finalmente los músicos entraron en un grado de trance rítmico en la ejecución del Rigodón que cierra esta composición, antes de expresar con gran lirismo su parte central donde la orquesta confirmó su capacidad de hacer música de cámara escuchándose entre sí todos sus componentes lo que la llevó a alcanzar un muy homogéneo sentido discursivo.
El momento más esperado de la velada se produjo con la presencia del guitarrista malagueño Pepe Romero, uno de los componentes fundacionales del famoso cuarteto de guitarra Los Romero que creara en 1960 su padre, el legendario Celedonio Romero. La versión que hizo del universal Concierto de Aranjuez hay que considerarla tan singular que sorprende siempre por su aportación personal, al cargarla de una nueva energía que se traduce en hacer más folclóricos los acentos y pasajes virtuosos del primer tiempo, quitando rigideces a su estructura. En la cadencia del Adagio comunicó ese duende que sólo pueden descubrir los grandes intérpretes que van más allá del mensaje escrito en los pentagramas y que solamente músicos de la talla de Pepe Romero saben encontrar. Con cierta hidalguía danzante marcó la línea staccata del allegro final fijando la secuencia rítmica al director que siempre mantuvo una adecuada respuesta concertante. Un público entusiasmado hizo que el maestro respondiera con el instante más entrañable de la noche: la interpretación de la Fantasía cubana de Celedonio Romero.
Terminaba así un concierto en el que se han aunado dos de los proyectos culturales más importante ocurridos en Alicante en la última década: el Máster en Interpretación de Guitarra Clásica de Alicante auspiciado por la Universidad de Alicante con la colaboración del Ayuntamiento de la ciudad y la Diputación Provincial, y la fundación de ADDA-Simfònica. Ambas están procurando que Alicante sea un referente musical de primer nivel en España. El concierto aquí referido ha demostrado el buen resultado artístico obtenido de la colaboración de ambas instituciones.
José Antonio Cantón