Lina Tur Bonet y el “stylus phantasticus”

BIBER:
Sonatas para violín I, III, V, VI y VII (Núremberg, 1681). Musica Alchemica. Directora, violín y viola d’amore: Lina Tur Bonet. GLOSSA 924701 (1 CD)

Compuestas cinco años después que las Sonatas del Rosario, las ocho Sonatas para violín editadas por Biber en 1681, en Núremberg, han corrido peor suerte que sus hermanas mayores. Solo hay tres integrales discográficas: Gunar Letzbor y Ars Antiqua Austria en el sello Symphonia (1994); Andrew Manze y Romanesca en Harmonia Mundi (1994), y John Holloway junto a la organista Aloysia Assenbaum —su difunta esposa— y al clavecinista Lars Ulrik Mortensen (en dos cd publicados por separado en ECM, 2002 y 2004). Por su parte, Monica Hugget grabó cuatro (II, III, V y VII) con Sonnerie (ASV Gaudeamus, 2001).

Es difícil comprender el porqué de ese desinterés hacia estas maravillosas gemas, que nada tienen que envidiar a las ‘rosarias’. Para remediarlo, aquí está la infatigable Lina Tur Bonet, una especie de moderno alter ego de Biber. La violinista ibicenca incluye en este cd cinco (I, III, V, VI y VIII), con una fastuosa panoplia instrumental (clave, órgano, tiorba, viola da gamba, violone, contrabajo, arpa y laúd), que hace empalidecer al resto de grabaciones. Hay que destacar el empleo de un auténtico órgano positivo barroco, fabricado por el organero (y organista) sevillano Abraham Martínez en 2008, siguiendo fielmente los parámetros de la época. El sonido de este órgano le da un enorme valor añadido a la interpretación, que es superlativa en todos los aspectos.

Estamos ante la máxima expresión del stylus phantasticus, es decir, ante uno de los periodos áureos de la literatura violinística de todos los tiempos. Se agotan los adjetivos encomiásticos para calificar las lecturas de Tur Bonet (que aquí también toca la viola d’amore) y sus compañeros en esta memorable aventura (Adrià Gràcia, Jadran Duncumb, Ronald Martín Alonso, Andrew Ackerman, Sara Águeda, Valerio Losito y Ramiro Morales).

Eduardo Torrico

[Foto: Michal Novak]

(Crítica publicada en el nº 386 de Scherzo, de julio 2022)