Xavier Sabata y Vespres d’Arnadí dan visibilidad a lo oculto en el Auditorio Nacional
A principios del siglo VIII, la ópera italiana estaba viviendo los cambios más importantes desde que décadas antes había empezado a representarse en teatros públicos. En 1691, Giovanni Carlo Grimani y su bibliotecario personal, Apostolo Zeno, habían fundado la Accademia degli Animosi, desde la que impulsaron la reforma del libreto operístico. Sus intenciones eran las de recuperar los ideales clásicos de unidad dramática y decoro escénico, es decir, acabar con la infinidad de personajes y tramas paralelas (algunas siempre cómicas) y los comportamientos ridículos, incluso de personajes nobles, a los que se habían ido inclinando las obras escritas por los profesionales venecianos de la pluma.
Con la participación del contratenor Xavier Sabata, el grupo Vespres d’Arnadí, dirigida por el clavecinista Dani Espasa, actúa hoy (19:30 horas), 10 de noviembre, en la Sala de Cámara de Auditorio Nacional de Madrid, con un programa que incluye arias de compositores como Albinoni, Bononcini, Ristori, Lotti, Porta, Gasparini, Mancini, Giacomelli, Sarro o Porta. Se plantean este repertorio como un doble proceso de dar visibilidad a lo oculto. Primero, porque ofrecen arias (y un par de oberturas) de compositores no demasiado programados, prácticamente todas ellas extraídas de opere serie en su periodo de mayor virtuosismo, aquel que está estrechamente vinculado a la expansión de la escuela napolitana. Segundo, porque dan espacio como solistas a los instrumentistas del grupo, ya que la mayoría de las piezas incluyen algún instrumento obbligato.