Los violines del Holocausto
Niv Ashkenazi es un violinista que acaba de publicar su primer disco, algo que no sería noticia en sí mismo (cada día aparecen en el mercado varias primeras grabaciones de músicos) si no fuera por la peculiaridad del proyecto. Violins of Hope, que así se titula el CD, es un proyecto —artístico y educativo— en el que el protagonismo está compartido por el intérprete y por el instrumento.
Los lutieres Ammon y Avshalom Weinstein han restaurado a lo largo de las últimas décadas, hasta completar una colección realmente insólita (que precisamente tiene por nombre Violins of Hope), cerca de setenta violines que fueron propiedad de músicos judíos antes y durante el Holocausto. Son violines que se tocaron en campos de concentración y en guetos, lo que contribuyó a proporcionar un poco de confort y alivio a las personas que pudieron escuchar la música que salía de ellos en medio de unas circunstancias extraordinariamente trágicas.
Ashkenazi es el único violinista del mundo que posee, en calidad de préstamo a largo plazo, uno instrumento de la colección Violins of Hope de los lutieres Weinstein, con el cual ha grabado este CD. Contiene obras de compositores que se vieron directamente afectados por el Holocausto (Robert Dauber, Szymon Laks, Julius Chajes o Paul Ben-Haim), así como obras claramente influenciadas por la música judía, como puede ser el icónico tema de John Williams para la película La lista de Schindler, estrenado en su día por Itzhak Perlman.
El álbum también incluye una adaptación del movimiento final del Concierto para violín, piano a cuatro manos y narrador, “Bestemming Triumph” (2014), de la compositora Sharon Farber. La propia Faber aparece en el CD tocando esta pieza junto al pianista Matthew Graybil, que es el acompañante de Ashkenazi en esta insólita grabación.