Veinte minutos de ovación a Domingo en La Scala
Plácido Domingo ha recibido este pasado domingo una ovación de casi veinte minutos, con el público puesto en pie, en uno de los santuarios mundiales de la ópera, La Scala de Milán. Allí debutó el tenor madrileño hace exactamente 50 años, el 7 de diciembre de 1969, en el Enani verdiano, y el coliseo italiano lo ha querido celebrar por todo alto con una gala que a la postre ha supuesto un inmenso espaldarazo al legendario cantante, inmerso de lleno en el escándalo suscitado por las acusaciones de acoso sexual realizadas por una veintena de mujeres. Al final de la gala, en la que el cantante ha estado acompañado por la soprano Saioa Hernández, el bajo Ferruccio Furlanetto, el tenor Jorge de León y la orquesta de la casa dirigida por Evelino Pidó, Domingo ofreció como propina la romanza No puede ser, de La tabernera del puerto, tras lo cual se desató el delirio: lluvia de flores sobre el escenario, calurosos saludos de ilustres colegas como Anna Netrebko, y un público entregado a una figura que ha protagonizado algunos de los mejores momentos del último medio siglo escalígero.