VALENCIA / Ligeti sin peros
Valencia. Palau de la Música. 22-XII-2023. Orquesta de Valencia. Solista: Isabelle Faust. Director: Alexander Liebreich. Ligeti: Concierto para violín y orquesta. Chaikovski: Cascanueces (Suite número 1). Brahms: Segunda sinfonía.
Ante un casi abarrotado Palau de la Música, la Orquesta de Valencia y su titular Alexander Liebreich han cerrado su último concierto de 2023 con éxito redondo, rotundo y bien merecido. Además, tuvieron el acierto de hacerse acompañar por la violinista Isabelle Faust, solista ideal del Concierto para violín de Ligeti, obra maestra que la propia orquesta valenciana estrenara en España, en marzo de 1997 (solo cuatro años después del estreno absoluto), entonces con Frank Peter Zimmermann y dirección musical de Jan Latham-Koenig. La mejora de la orquesta en los 26 años transcurridos es manifiesta, y resulta particularmente significativa en un momento en el que orquestas creadas en España en los años ochenta y noventa del siglo pasado comienzan a flaquear y hasta a hacer agua.
Desde las primera notas del Concierto de Ligeti se percibió la jerarquía del trabajo de profesores y maestro. Texturas escrupulosamente cuidadas, con planos y detalles perfilados con precisión y criterio milimétricos. Liebreich, maestro de la contemporaneidad, escuchó, atendió y se impregnó del violín inspirador y versátil de Isabelle Faust. Las gigantescas dinámicas; las evoluciones microtonales características de la escritura del creador de El gran macabro; los abruptos contrastes rítmicos; la opulencia tímbrica de una orquestación cargada de matices camerísticos, o los sagaces vericuetos sonoros de una plantilla instrumental que utiliza hasta ocarinas fueron materializados por una orquesta volcada en la obra y feliz de ser cómplice de una artista tan admirada y admirable como la violinista alemana. Isabel Faust cantó y contó la obra maestra con pasión, entrega y convicción. Como si tocara el concierto de Beethoven o Chaikovski. Interpretación absoluta y apasionada. Quizá sin peros posibles, fiel sin condiciones al “caos perfectamente planificado” del que escribe con luces y criterio Joaquín Guzmán en las notas al programa. El éxito, total. Como si acabara de escuchar el concierto de Brahms. Mérito común de Ligeti, Liebreich, orquesta y, claro, ella misma. ¡Bravo bravísimos!
Después, y como contraste en un programa largo y extraño, la primera suite de Cascanueces de Chaikovski y la Segunda sinfonía de Brahms, compositor que, a tenor de la acabada y lírica versión escuchada el viernes, ha dejado de ser “asignatura pendiente” de la Orquestra de Valencia. En Cascanueces, Liebreich subrayó los acentos más populares y lúdicos, y obtuvo una respuesta de alto nivel, con intervenciones sobresalientes y aún más de la celesta (en la Danza del hada Azúcar) y de la arpista Luisa Domingo en el gran solo inicial del Vals de las Flores. ¡Feliz Nochebuena!
Justo Romero
(foto: Live Music Valencia)