Una nueva estrella para la viola

MUSIC FOR VIOLA AND CHAMBER ENSEMBLE. Obras de Martinu, Vaughan Williams, Britten & Hindemith. Timothy Ridout, viola. Orchestre de Chambre de Lausanne. Dir.: Jamie Phillips / CLAVES (1 CD)
El británico Timothy Ridout, de 24 años de edad, está llamado a ser la próxima gran estrella de la viola, una evidencia que se impone en estas atractivas interpretaciones junto a la Orquesta de Cámara de Lausana, dirigida por otro joven y talentoso artista británico, Jamie Phillips.
Compuesta en 1934, la Suite para viola y orquesta de Ralph Vaughan Williams requiere del oyente una cierta simpatía por los paisajes ondulantes y las modestas bellezas de la campiña inglesa. La obra está cosida a partir de canciones populares inglesas, ninguna de ellas particularmente llamativa, circunstancia que invita al solista a infundirles aliento y pasión. Todo muy agradable.
En el Concierto-Rapsodia para viola y orquesta de Bohuslav Martinu Ridout se enfrenta a una prueba mucho más dura, pues se trata de una obra que han interpretado -y grabado- los principales violistas del último medio siglo. El solista tiene una entrada decisiva: o logra cambiar el pulso de la orquesta o se convierte en su prisionero. Ridout lo consigue con éxito, sin arrogancia pero con una calculada persuasión. Existen lecturas más fogosas de esta pieza -pienso en Josef Suk, en Rivka Golani o en Nobuko Imai- pero Ridout la defiende de manera convincente, exhibiendo al mismo tiempo una gran empatía con los ritmos checos de la obra.
La Trauermusik de Paul Hindemith, escrita en Londres en 1936 con motivo del fallecimiento del rey Jorge V, es otra obra que se beneficia de una lectura contenida y controlada por parte del solista. De concepción mucho más sutil es la obra maestra de 1950 Lachrymae, de Benjamin Britten, que nos transporta hacia una oscuridad diferente, la de la soledad del creador de fondo. La interpretación de Ridout hace plena justicia a la obra, confirmando que nos hallamos ante un artista a quien habrá que seguir de cerca.