Un Rachmaninov muy bien servido
RACHMANINOV: Rapsodia sobre un tema de Paganini, op. 43. Concierto para piano y orquesta nº 3 en re menor, op. 30 / Irina Georgieva, piano. Orquesta Sinfónica de Basilea. Directores: Sascha Goetzel y Pablo González. PROSPERO (1 CD)
Con una fonografía rutilante en ambas obras, este disco se impone poco a poco a cada escucha como una opción muy recomendable a partir del planteamiento que solista y directores adoptan a la hora de abordarlas. La pianista búlgara Irina Georgieva (Sofía, 1978) y sus dos acompañantes parecen haber decidido no apabullar al oyente con la dosis de virtuosismo que aquí es condición necesaria pero no única. La solista, alumna de Rudolf Buchbinder, defiende sobradamente ese punto pero los tres se plantean sus versiones como la posibilidad de ofrecer algo más, en este caso una lectura reposada, que pasa por la escritura de Rachmaninov con atención a cada pauta expresiva, a esa pequeña célula aquí, a ese acento allá que en muchas ocasiones pasa desapercibido ante la aparente necesidad de vencer en unas comparaciones absurdas con el canon comúnmente admitido. No hay nada deslumbrante pero todo es coherente, nada se sale de madre pero todo tiene su lógica desde la claridad y la mesura. Y por ahí se consigue esa personalidad que en este repertorio y a estas alturas pareciera imposible.
A la solvencia de la solista se une una muy cuidadosa prestación acompañante. No es la Sinfónica de Basilea —cuyo titular es Ivor Bolton, saliente en el Teatro Real— una orquesta puntera pero los dos maestros que la conducen en este disco le sacan un muy buen partido. Y de los dos, sin desdeñar la labor de Sascha Goetzel en la Rapsodia, destaca muy especialmente Pablo González, que plantea un Concierto nº 3 en el que ningún detalle se escapa a su batuta, clara, aguda donde se debe, brillante sin excesos, conocedora de ese universo tan propio, tan directo y a la vez tan engañoso en ocasiones del compositor ruso. Un disco con todas las papeletas para pasar desapercibido y que, sin embargo, tiene mucho que ofrecer.
Luis Suñén