ÚBEDA Y BAEZA / Música de tecla para una matinal doble
Baeza. Iglesia de Santa María del Alcázar y San Andrés. 8-XII-2020. Joan Boronat, órgano. Obras de Bach, Byrd, Kerll, Kuhnau y Poglietti. • Úbeda. Auditorio del Hospital de Santiago. Patricia García Gil, fortepiano. Obras de Pedro Albéniz, Beethoven y Marianne von Martinez.
Para su penúltima jornada, el FEMAUB ha organizado dos recitales de música de tecla de gran interés por su orientación, en el primer caso, dedicado bajo el título ¡Luces, órgano… acción! con música descriptiva barroca, y en el segundo a hacer un pequeño homenaje a Beethoven en el 250º aniversario de su nacimiento, con un programa que llevaba por título Beethoven, der Spanier.
El clavecinista y organista alicantino Joan Boronat, que ya había actuado al clave el día anterior con el grupo La Guirlande, escogió un programa que se iniciaba con un Capriccio sobre el cuco de Kerll en el que hay poca elaboración sobre el intervalo descendente del canto del cuclillo, pero que sorprendía gratamente por los distintos registros utilizados. En la misma línea imitativa, siguió con una Canzona de Alessandro Poglietti que simulaba el canto del gallo y el cacareo de la gallina de manera ingeniosa, produciendo la consecuente gracia que, por su mejor ornamentación, hacía imaginar las virtudes técnicas del autor, brillante organista, se cree de origen toscano, que adquirió un gran prestigio en Viena durante la segunda mitad del siglo XVIII.
Las tres obras que completaban el programa están más centradas en la descripción de situaciones, acciones y emociones que en la pura imitación, con un lenguaje musical cuya referencia descriptiva quedaba más indeterminada, por lo que el intérprete anunciaba a viva voz la denominación de cada pasaje, hecho que ayudó a entender de algún modo el mensaje de la obra más complicada en aplicarle significado como fue el capricho sobre La partida del hermano amado BWV 992 de un joven Bach, con sólo diecinueve años, que apuntaba la grandeza de su arte musical con soberbia capacidad emocional, justificando la analogía fílmica del título dado al recital.
La intención descriptiva de acontecimientos y acciones quedó reservada, después de los primeros ejemplos ornitológicos, fundamentalmente y por su poder casi gráfico, a la muy valiosa sonata de Kunhau, antecesor de Bach como cantor de la Iglesia de Santo Tomás de Leipzig, referida al relato bíblico del Combate entre David y Goliat que compuso en dicha ciudad el año 1700, y a la Batalla escrita en 1591 del británico William Byrd con la que Joan Boronat alcanzó el máximo lucimiento, rematada con una Gallarda de la victoria espléndidamente interpretada. Se culminaba así con esta primera matiné uno de los conciertos de órgano más ocurrentes y mejor interpretados de la historia del Festival, y en el que se ha podido disfrutar de las excelencias de este órgano del siglo XVIII, el mejor conservado de la provincia de Jaén, que es como decir uno de los más destacados de Andalucía.
La segunda cita estuvo ocupada por Patricia García Gil, fortepianista dotada de gran sentido musical en traducción estilística y de apreciable soltura en habilidad técnica. Su intervención giró en torno a la figura de Beethoven, del que tocó las famosas sonatas Patética y Aurora, también conocida por el apellido de su dedicatario, “Waldstein”, obras que fueron acompañadas por una Sonata en Mi de Marianne von Martinez, contemporánea del músico de Bonn, y el Nocturno Isla de la Cascada de Aranjuez en Do mayor de Pedro Albéniz y Basanta, hijo del más conocido maestro riojano, Mateo Albéniz, de quien interpretó, como primer bis, su famosa Sonata en Re, con la que pudo compensar inoportunos lapsus aparecidos en el último Rondó de Beethoven, que afectaron de algún modo a la homogeneidad deseable de esta página. Finalmente, tuvo el momento más espléndido en su último bis con el Adagio e Cantabile de la Sonata nº 59 en Mi bemol mayor Hob.XVI.49 de Joseph Haydn, llegando a transmitir esa serena nobleza sin parangón que tiene la música del padre de la sinfonía y del cuarteto clásicos desde una sutil pulsación y limpieza de articulación, que llevaban al oyente a tener una sensación de cautivador efecto favorecido por la suave dinámica y particular timbre del instrumento.
(Fotos: Jesús Delgado)