Sebastián de Vivanco: catedrático y compositor de “excelentíssima harmonía, gallardo artificio y arte”

Hace poco más de diez años, justo a tiempo para celebrar el 400º aniversario de la muerte de Tomás Luis de Victoria en 2011, dirigí los acordes finales de una grabación que se editaría como una colección monográfica de diez CD. Nuestro proyecto discográfico reunió a 42 músicos de cinco países en grabaciones de más de 90 obras de Victoria (c. 1548-1611). Para cualquier músico, la experiencia íntima de entrar en el mundo de un compositor tan extraordinario como Victoria es inolvidable. E, inevitablemente, nos encontramos haciendo preguntas sobre sus contemporáneos. ¿Qué tipo de música compusieron? En particular, nos preguntamos por la música de Sebastián de Vivanco (c. 1553-1622), nacido en la misma ciudad y al mismo tiempo que Victoria.

Aunque mi propio descubrimiento de la música de Vivanco comenzó con dos CD que grabé en 2000 y 2002, quería saber más sobre su vida y sus obras. A diferencia de Victoria, Vivanco nunca salió de España, compuso muchos villancicos en romance (ahora perdidos) y dedicó toda su vida al servicio de las catedrales españolas y como catedrático de la Universidad de Salamanca. Y mientras que las obras de Victoria fueron publicadas por diversas imprentas musicales en Venecia, Roma, Dillingen y Madrid, Vivanco trabajó exclusivamente con la imprenta fundada en Salamanca en los albores del siglo XVII por Artus Tavernier y su esposa, Susana Muñoz.
A pesar de que tenemos un soberbio retrato de Vivanco —algo que no tenemos de Victoria—, ni sus obras ni su nombre comparten el renombre que le reservamos hoy en día a Victoria. Para conocer más a Vivanco, visité todas las ciudades en las que vivió y trabajó: Ávila, Sevilla, Burgos, Lérida, Segovia y Salamanca. Está claro que hay una gran abundancia de material de archivo que documenta la vida de Vivanco. Ahora sabemos mucho más sobre Vivanco que sobre Victoria. En los archivos catedralicios y notariales descubrimos nueva información y, con la generosa colaboración de Alfonso de Vicente, desarrollamos algunas nuevas hipótesis. Vicente, por ejemplo, ha propuesto una hipótesis basada en una búsqueda exhaustiva de todos los libros de bautismos de la ciudad de Ávila, la cual da 1553 como año de nacimiento de Vivanco.
Un documento recién encontrado de la catedral de Burgos nos ofrece información valiosa que hasta ahora ha pasado desapercibida. Este documento no solo nos da la firma más antigua del compositor, sino también nos dice que en 1572 fue ‘clérigo de primera tonsura’, ‘natural de la ciudad de Ábila’, ‘residente en la ciudad de Sebilla’ y que cantó ‘voz tenor’.
El 18 de noviembre de 1573, Vivanco obtuvo, sin oposición, su primer cargo, convirtiéndose en maestro de capilla de la Catedral de Lérida. En 1576, después de menos de tres años de servicio, fue destituido. Dos días después, el cabildo ordenó un inventario de los bienes que poseía el maestro Vivanco en su casa. Parece que Vivanco estaba endeudado y que el inventario se hizo en preparación para la eventual subasta de sus pertenencias, al objeto de que la deuda pudiera cancelarse. En febrero de 1577, habiendo sido declarado ‘muy hábil y muy suficiente’, fue incorporado como maestro de capilla de la Catedral de Segovia. Permaneció allí durante una década, hasta julio de 1587, cuando renunció para asumir el cargo de maestro de capilla en la catedral de su ciudad natal.

Entre los aspectos más destacados de la permanencia de Vivanco en la Catedral de Ávila se incluye el traslado de las reliquias de San Segundo, desde su lugar de descanso anterior a una nueva capilla dentro de la catedral. Este extracto de la crónica de Cianca ofrece un testimonio presencial de la espléndida creación musical de Vivanco en Ávila en 1594:
“… tocaron los ministriles las chirimías y los atabales y trompetas, y luego toda la capilla de cantores dixo una Antíphona con su verso en música… y quatro muchachos el versete… con responsión de la capilla. Luego bolvieron a tocar los ministriles… Y teniendola en alto, mostrandola al pueblo, dixo la capilla por motete, Ecce sacerdos magnus”
“… Y estando assí, y la processión formada de la misma suerte que avia venido, y la música dividida en dos coros de cantores, y dos coros de ministriles, y dos órganos, a trechos, llevaron en ella con mucha devoción, solenidad, y magestad la caxa del santo cuerpo.[1]
Cualquiera que visite Ávila hoy debe buscar la calle que lleva el nombre de este mismo acontecimiento: ‘Calle de San Segundo 1595’. También es digna de mención la visita de una semana del rey Felipe III y la reina Margarita de Austria, en 1600. El 21 de junio las reliquias de San Segundo volvieron a ser el foco de atención real:
“El miercoles adelante vinieron los Reyes a misa a la Iglesia Mayor… el obispo començo la misa… y la misa se dixo con mucha musica en canto de organo a tres coros. Acabada la misa cantaron una prosa en canto de organo y en el entretanto visitaron los reyes el cuerpo del glorioso san Segundo.[2]
Aunque tenemos poca evidencia sobre la actividad compositiva de Vivanco en Ávila, es razonable suponer que un puñado de himnos atribuidos a él fueron compuestos allí. Del mismo modo, parece probable que ya hubiera compuesto gran parte de la música que luego se imprimiría en sus tres cantorales. Y la publicación ciertamente estaba en su mente. El 8 de marzo de 1601 solicitó al Cabildo de Ávila que le concediera dos meses de permiso para viajar a Madrid a fin de gestionar la impresión de un libro. El 9 de marzo de 1601, Vivanco autorizó a Sebastián Jiménez, capellán del Convento de las Descalzas Reales de Madrid, a firmar un contrato en su nombre con el impresor real para “la impresión de un libro de música que he compuesto”.[3]

Por esta época Victoria, capellán de la emperatriz María, enviaba ejemplares de su Missae, Magnificat, Motecta (1600) a catedrales e iglesias de toda la península. Es difícil imaginar que Vivanco no hubiera visto un ejemplar de la ambiciosa nueva antología de Victoria cuando visitó Madrid. Sin embargo, no sabemos nada más de este primer intento de Vivanco de ver un libro de sus composiciones impreso.
A mediados de 1602, Vivanco abandonó nuevamente su ciudad natal. En esta ocasión, se convertiría en maestro de capilla de la Catedral de Salamanca. El 30 de septiembre de 1602, Vivanco fue elegido para el cargo y no hay duda de que el interés de Vivanco en la antigua y prestigiosa Cátedra de Música de la universidad se despertó cuando, el 10 de enero de 1603, el rector de la universidad declaró formalmente vacante el puesto.
Durante dos décadas, hasta su muerte, Salamanca será el hogar de Vivanco. El soberbio grabado del compositor firmado por Pieter Perret destaca en primer plano los bonetes que señalan los sendos puestos de Vivanco: maestro de capilla y catedrático de prima en la célebre universidad. Y, por supuesto, los ricos archivos de Salamanca siguen siendo las fuentes más importantes de información sobre nuestro compositor y catedrático.
La historiografía actual de nuestro compositor y sus colecciones impresas cuenta una narración sencilla. La música de Vivanco apareció en una sucesión ordenada de libros de coro en el período de 1607 a 1614, cada libro de coro dedicado a un género litúrgico, y cada uno de los cuales fue impreso por Artus Tavernier. El volumen inaugural de Vivanco fue un libro de magníficats impreso en 1607. Le siguió un libro de diez misas impreso en el año siguiente y, finalmente, hubo un libro de 72 motetes impreso en 1614.
Hay mucho que aprender de este listado. En primer lugar, faltan las portadas de los libros de misas y motetes. En segundo lugar, los tres libros se imprimieron en Salamanca. Tercero, mientras que los dos primeros reconocen al impresor como Artus Tavernier de Amberes en sus portadas y colofones, el tercero da al impresor como viuda de Francisco de Cea Tesa, el impresor con quien Susana se casó, después de la muerte de Tavernier, a finales de 1609 o principios de 1610.

En cuarto lugar, la fecha de 1614 que doy aquí para el libro de motetes no es la fecha dada por los investigadores anteriores. Todos dan 1610, copiando a Hilarión Eslava sin ningún intento de justificar esa fecha. Asimismo, si mencionan al impresor, es a Tavernier a quien nombran. Ahora podemos estar seguros de que la impresora del tercer libro de Vivanco fue Susana Muñoz.
Han sobrevivido solo cinco ejemplares del segundo libro de Vivanco, el libro de las misas. Nuestra búsqueda nos llevó a Toledo, donde hicimos un descubrimiento significativo. El archivo de la Catedral Primada de Toledo conserva fragmentos preciosos y únicos de un ejemplar del libro de misas. De este ejemplar no queda casi nada salvo la tasa y un triste fragmento de la carta dedicatoria. Sin embargo, lo valioso de estos fragmentos es que la tasa nos muestra que fue el célebre poeta y latinista Vicente Espinel quien aprobó la publicación de este libro. Son sus elogiosas palabras las que quedan citadas en el título de este artículo.
La historia de Susana Muñoz es una historia que está esperando ser contada. En el período de 1607 hasta 1620, de la imprenta salmantina fundada por ella y su primer marido, Artus Tavernier, salieron nada menos que siete libros de coro de gran formato. En conjunto, los siete cantorales contienen más de 280 obras litúrgicas impresas en un total de más de 2.300 páginas. Lamentablemente, sigue sin reconocerse que esta joven salmantina desempeñó un papel tan singular en la impresión de música sacra en España a principios del siglo XVII.
Entre los muchos documentos de archivo que nos han llegado sobre Vivanco se encuentran su testamento, el inventario post mortem, y la subasta de sus bienes. El 24 de octubre de 1622, Sebastián de Vivanco, ahora de 69 años, está enfermo y postrado en cama hasta el extremo de no poder firmar. Dicta su última voluntad y testamento ante notario público y media docena de testigos. Deja las decisiones relativas a su losa y su letra a dos albaceas designados. En reunión extraordinaria celebrada el 25 de octubre de 1622, el deán y el cabildo de la Catedral de Salamanca tomaron la siguiente decisión: “… se le de entierro y sepultura en los transitos de la yglesia nueba subida la scalera que baxa al santo Cristo de las batallas y al salir de la sacristía para la yglesia vieja”.

El primer beneficiario nombrado por Vivanco es Pedro de Vivanco y Villagómez (c. 1595-1642), caballero de la Orden de Santiago y consejero del Real y Supremo Consejo de Indias. El testamento de Vivanco hace referencia directa a una escritura que fue protocolizada en Madrid. Una de las disposiciones de esta escritura obliga a don Pedro a proveer el sustento de un niño llamado Pablo hasta que el niño cumpla 14 años. En la escritura, el notario primero se refiere a Pablo como ‘su hijo’, pero rápidamente lo tacha, sustituyéndolo discretamente por las palabras ‘su querido y amado’. ¿Habría sido Pablo el hijo ilegítimo del sacerdote Vivanco? Probablemente nunca sabremos la respuesta; pero sí sabemos que Vivanco era un hombre de medios acomodados. Su legado para nosotros es un tipo diferente de riqueza. Es la rica colección de obras polifónicas que merecen las mismas grabaciones y conciertos con los que celebramos el aniversario de Victoria hace poco más de una década.
Michael Noone
[1] Antonio de Cianca, Historia de la vida, invencion, y milagros, y translacion de S. Segundo, primero Obispo de Ávila (Madrid: Luis Sánchez, 1595). Véase http://hdl.handle.net/10481/9863.
[2] Catedral de Ávila, Actas capitulares 33, f. 86v.
[3] Veáse Rioja Fernández, Verónica. “Aspectos de la impresión musical durante la etapa madrileña de Victoria”. Tomás Luis de Victoria 1611-2011 — Homenaje en el IV centenario de su muerte. Ana Sabe Andreu (coord.). Ávila, Diputación de Ávila, 2011, págs. 207-267.
[Artículo publicado en el nº 391 de SCHERZO, de enero de 2023]
5 comentarios para “Sebastián de Vivanco: catedrático y compositor de “excelentíssima harmonía, gallardo artificio y arte””
[…] todo ello el protagonista sería VIVANCO del que en todas las combinaciones o agrupaciones flexibles a que nos tiene acostumbrados el coro […]
[…] hispano-lusa que ojalá no se hubiese roto. Su Montes Israel a 5 no deslució del inicial Vivanco y un Officium Ensemble con “mucho oficio”. El público rompió la unidad emocional y hasta […]
[…] Source link […]
<strong>… [Trackback]</strong>
[…] Read More on that Topic: scherzo.es/sebastian-de-vivanco-catedratico-y-compositor-de-excelentissima-harmonia-gallardo-artificio-y-arte/ […]
<strong>… [Trackback]</strong>
[…] Read More here to that Topic: scherzo.es/sebastian-de-vivanco-catedratico-y-compositor-de-excelentissima-harmonia-gallardo-artificio-y-arte/ […]
Los comentarios están cerrados.