SAN SEBASTIÁN / Locum Congregatio: espíritu beethoveniano
San Sebastián. Museo de San Telmo. 20-VIII-2020. Quincena Musical (Ciclo de Música de Cámara). Locum Congregatio (Josep Colomé, violín; Miquel Córdoba, viola; Óscar Alabau, violonchelo; Julio Pastor Sanchís, contrabajo; Víctor de la Rosa, clarinete; Marc García Anguera, trompa; Daniel Ortuño, fagot). Obras de Beethoven.
La celebración del 250ª aniversario del nacimiento de Beethoven, a pesar de verse inevitablemente empañada por la pandemia, nos está deparando muchas alegrías de las que el público musical se encuentra más ávido que nunca. Entre ellas, la posibilidad de escuchar el famoso Septimino, que tan raras veces se programa por la dificultad de aunar este tipo de formación. El grupo Locum Congregatio, conformado por siete excelentes y jóvenes músicos nos hizo disfrutar de la citada obra, así como de la Primera sinfonía del de Bonn en el magnífico arreglo para septeto del pianista y director Àlex Sansó. Ambas obras fueron compuestas con pocos años de diferencia y participan de ese carácter jubiloso que caracteriza a esos tiempos en que Beethoven asentaba su fama y reconocimiento en Viena.
Comenzaron por la Sinfonía y desde las primeras notas hicieron oír y sentir no sólo su calidad sino también su propia felicidad por tocar y sus ganas de hacernos disfrutar. Una reducción de una obra orquestal a siete instrumentos plantea no pocas dificultades a los intérpretes. La primera, convertirse cada uno de ellos en solistas prácticamente durante toda la obra. La segunda, mantener el nivel de energía que se consigue con una masa orquestal con un grupo reducido. En ambas cosas descollaron los Locum. Además, al haberse convertido en una obra de cámara muy bien trabajada, consiguieron mantener una ligereza de tempi y una precisión que no siempre se logra en las versiones orquestales.
El mismo nivel pudimos disfrutar en el Septimino, en el que el clarinetista Víctor de la Rosa, poseedor de un precioso sonido, nos regaló momentos de particular lirismo en el tercer movimiento. Estupendamente bien hiladas estuvieron las variaciones del cuarto movimiento y todo se encadenó sin desfallecer hacia un apoteósico Presto final. Y hay que decir que la humedad tras un día tórrido no les dio tregua en el claustro de San Telmo. Es lo que tienen los marcos incomparables.
Ana García Urcola