Recuperando a Henze

Ya va siendo hora de que los alemanes empiece a conocer a quien ha sido su mejor compositor de las últimas décadas. Mientras Berlín interpreta una y otra vez obras de Rihm y Múnich hace lo propio con Orff, la vida y la obra de Hans Werner Henze siguen considerándose demasiado recientes y controvertidas para ser admitidas en las salas de concierto burguesas. De sus nueve sinfonías -dos de ellas obras maestras- ninguna es interpretada por las grandes orquestas estatales. Estamos en 2022 y Henze lleva diez años muerto. No estaría nada mal que los alemanes superasen de una vez sus problemas con Henze.
Criado en una familia nazi, Henze se hizo comunista y gay. En 1953 abandonó Alemania Occidental para vivir en Italia. Si bien algunas de sus obras eran francamente agit-prop -sin ir más lejos, su oratorio sobre el Che Guevara La balsa de la Medusa o su ópera Venimos al río-, en su mayoría eran obras soberbias y de una rara intensidad, ocupando un espacio identificablemente moderno sin ser doctrinalmente serial.
Las tres obras de este álbum constituyen un recorrido por diferentes periodos creativos del autor. Las Piezas nocturnas para soprano y orquesta, fechadas en 1957, exploran un paisaje lunar que es a la vez sereno e inquietante. Los Caprichos de 1963 reflejan la inmersión del compositor en el ambiente mediterráneo. Las English Love songs de 1985 constituyen una rapsodia para violonchelo y orquesta inspirada en poetas ingleses. Marin Alsop dirige la orquesta de la ORF de Viena con la soprano Juliane Banse y el chelista Narek Hakhnazaryan como magníficos solistas. No es habitual que quien esto firma se siente durante una hora para escuchar música modernista, y mucho menos que se quede con ganas de más, pero así de persuasivo puede ser Henze. Se trata de un compositor de enorme calidad y muy alta sensibilidad; sin embargo, más allá de Viena, que recientemente ha recuperado una de sus óperas, ninguna plaza importante parece dispuesta a recuperar su música. No se trata únicamente de una vergüenza. Se trata de una vergüenza alemana.