Recuperado un oratorio del “Padre Palermino”

No es mucho lo que se sabe de la vida de Bonaventura Aliotti, hermano de la Orden Franciscana Menor (minoritas), compositor y organista, que nació y murió (1640-1690) en Palermo (la imagen que ilustra esta noticia es vedutta de la misma del siglo XVII), razón por la cual ha pasado a la posteridad con el sobrenombre de “Padre Palermino”. Tras sus inicios en Parlemo, Aliotti se trasladó a Padua y, posteriormente, a Ferrera, donde ostentó el cargo de organista del Oratorio dell’Annunziata (Confraternidad de la Muerte) y donde, al parecer, colaboró estrechamente con Giovanni Legrenzi, Giovanni Paolo Colonna y Alessandro Melani.
Fue alumno de otro fraile franciscano, el piamontés Giovanni Battista Fasolo (Asti, a. 1600-Palermo, d. 1664), que también fue compositor y organista. La actividad de Fasolo y Aliotti habla por sí sola de exuberante panorama musical de aquella Palermo, gracias en buena medida al patronazgo de nobles españoles como Luis Guillén de Moncada y Aragón, duque de Montalto y príncipe de Paternò, a quien Fasolo dedicó su obra organística Anual, impresa en Venecia en 1645 (se trata de la colección más extensa publicada durante el siglo XVI en Italia, por encima incluso de las Fiori musicali de Girolamo Frescobaldi).
Si la vida de Aliotti es un tanto misteriosa, sucede lo mismo con su producción musical, pues solo se han conservado tres oratorios de los once que se sabe que compuso: Il trionfo della morte per il peccato d’Adamo, Il Sansone y Santa Rosalia (estos dos últimos, elaborados en Palermo solo unos años antes de su muerte; Santa Rosalía es precisamente, la patrona de esta ciudad).
Gabriel Garrido, al frente del Ensemble Elyma, grabó para K6117 en el año 2001 Il Sansone, con un elenco vocal en el que sobresalían la soprano Adriana Fernández y el contratenor Claudio Cavina. Le toca ahora el turno Il trionfo della morte: el sello Accent acaba de sacar al mercado una excelente versión del grupo francés Les Traversées Baroques, dirigidos por Etienne Meyer. El resultado es espectacular.
El oratorio, como género musical, surgió tras el Concilio de Trento, por las restricciones decretadas a la hora de emplear música en los servicios eclesiásticos. Ante ello, algunas congregaciones religiosas comenzaron a interpretar nuevas formas de música en sus salas de oración y asamblea, es decir, en sus oratorios. Uno de los principales centros para el desarrollo del oratorio (o Dialoghi sacri, como también era conocido el oratorio) fue precisamente Sicilia. Il trionfo de la morte de Aliotti gira en torno a la historia de Adán y Eva, que se enfrentan a la tentación, a las pasiones, a los tormentos y, sobre todo, a las dudas.
Todo hace indicar que Il trionfo de la morte se estrenó en el Oratorio dell’Annunzaita de Ferrara en 1677, poco antes de que abandonara esta ciudad para ejercer de maestro de capilla en la Catedral de Spoleto. Fue tal el impacto que produjo la obra que inmediatamente se hicieron numerosas copias que empezaron a circular por toda Italia. Il trionfo de la morte ha permanecido casi tres siglos y medio en el olvido, hasta que, por fortuna, Etienne Meyer la ha rescatado.