Ramón Andrés: «La música es el arte que mejor conecta con lo intangible, con aquello que permanece después del silencio»
Ramón Andrés, ensayista, pensador y poeta, dirige la programación de los Encuentros de Pamplona desde que se retomaron por su quincuagésimo aniversario en 2022. La iniciativa, que nació como un espacio propio para el arte de vanguardia, ahora se alza como un «encuentro donde plantear las cuestiones más certeras y orientarnos en la actualidad». En su programación, Ramón Andrés busca generar un acercamiento a lo contemporáneo a través del arte y el diálogo, como nos revela en la siguiente entrevista.
Los Encuentros de Pamplona regresan tras haber retomado la actividad en su quincuagésimo aniversario hace dos años. ¿Qué hereda el programa de este año de los primeros Encuentros en 1972?
En esencia, heredamos el espíritu abierto y vanguardista que caracterizó a los primeros Encuentros. En 1972, figuras como John Cage o Steve Reich marcaron un hito, y en esta nueva edición, hemos intentado seguir esa senda de reflexión profunda, no sólo en el arte y la música, sino abriéndonos a disciplinas que responden a las urgencias del presente: la migración, la ecología, el feminismo. Hoy sería un anacronismo limitar los Encuentros a lo que fueron en su origen. Necesitamos apoyar las propuestas desde una perspectiva filosófica que aporte textura, un pensamiento que nos invite a mirar más allá de lo superficial.
¿Y en qué se diferencia?
La principal diferencia radica en la apertura a otras disciplinas y en la integración de pensamientos contemporáneos. Los primeros Encuentros estaban centrados mayoritariamente en la música, mientras que hoy abordamos otros temas cruciales. No hay una disciplina básica, sino que todas conviven en un prisma multifacético, donde cada una ilumina las demás. Las necesidades de hoy exigen un diálogo más amplio y consciente con el mundo.
¿Nos puede hacer un breve recorrido por el programa previsto para este año en los Encuentros?
El programa de este año está dividido en varios itinerarios, todos ellos pensados para crear un tejido entre diferentes disciplinas. Por ejemplo, en el itinerario Todos venimos de muy lejos, tenemos la participación del sinólogo François Jullien, quien nos invita a explorar el pensamiento oriental. En Siglo XXI: filosofía para ubicarse, contaremos con la participación de figuras tan variadas como Boris Groys, Lipovetsky y Luciana Cadahia. Cada uno ofrece un enfoque único, y el objetivo es que sus ideas se entrecrucen. La música, por supuesto, sigue teniendo un lugar privilegiado, pero en diálogo con todo lo demás. Se trata de encontrarse, y de que las ideas permanezcan. No somos un festival, tenemos unas líneas muy trazadas que atienden estos problemas que debemos abordar, y eso es lo que nos distingue de un festival. A través de itinerarios como El espejo feminista, donde recibiremos a Sara Ahmed; Arte, entre lo real y lo intuido, con Eva Lootz; o Cine adentro, donde contaremos con la presencia de Béla Tarr, buscamos dejar un poso, un silencio para pensar; como después de un estallido, un silencio muy denso.
El itinerario Música en todas direcciones incluye talleres y diálogos con compositores como Georg Friedrich Haas, Liza Lim y Mauricio Sotelo. ¿Qué podemos esperar en estas actividades?
La música es una disciplina privilegiada en los Encuentros, y hemos querido mantener ese protagonismo a través de estos diálogos. Georg Friedrich Haas y Mauricio Sotelo dialogarán sobre la belleza y el dolor en el sonido. Hemos apostado por talleres y masterclasses donde compositores jóvenes podrán aprender directamente de estos grandes maestros. También contaremos con la presencia de la australiana Liza Lim, que ha mostrado un gran interés por trabajar con gente joven, y su implicación es destacable. Esperamos que estas actividades ofrezcan una plataforma para un diálogo real entre generaciones.
Además de tener su espacio propio, la música aparece de manera transversal en varios de los itinerarios, con la intervención del Centro de Música Contemporánea Garaikideak en el ciclo Los árboles que nos quedan, o la participación de Rifat Varol, intérprete de flauta ney, en Todos venimos de muy lejos. ¿A qué se debe esta idea de articular el pensamiento contemporáneo a través de diferentes expresiones artísticas?
Desde la posguerra, ha habido una fusión inevitable entre la filosofía, el arte y la música. Esta relación se ha vuelto más intensa con el tiempo. Los compositores y artistas de hoy están atentos a las grandes cuestiones filosóficas, y a la inversa, los filósofos también piensan en el arte. Ya no podemos hablar de separaciones, todo está entreverado. La música tiene una fuerza articuladora tremenda, y a lo largo de la historia, grandes pensadores han escrito sobre ella. Es natural, por tanto, que en estos Encuentros todas las disciplinas se entrelacen y se alimenten mutuamente. Estamos tan implicados en todo que continuamente nos cruzamos con cosas que no son de nuestro dominio, pero que están aquí.
Y, a su vez, ¿cómo nos guía el pensamiento filosófico y sociopolítico actual hacia una mayor inmersión en las artes?
Vivimos en un momento donde la reflexión filosófica y el pensamiento sociopolítico han penetrado profundamente en las artes. Hay una especie de ósmosis entre disciplinas. No se trata sólo de que las ideas guíen a la música o a la danza, sino que todas las artes y las reflexiones contemporáneas se nutran entre sí. Cuando concebí la programación, mi intención fue tejer un entramado donde las artes no sólo coexistieran, sino que dialogaran en un mismo discurso. Al final, todo es una forma de pensar el mundo.
En base a los nueve itinerarios, los Encuentros han planteado una programación paralela en diferentes espacios de la ciudad. En concreto, destacamos la participación del Ensemble O Vos Omnes, con su programa Habis de Doeul, de música renacentista. ¿Cómo se establece un diálogo entre la música del pasado y la actualidad?
Es fascinante cómo la música renacentista, con su abstracción, dialoga con lo contemporáneo. Compositores como Ligeti fueron grandes estudiosos de Josquin des Prez o Heinrich Isaac, y en ese sentido, la música del pasado se enlaza con la del presente. No hay una evolución lineal, sino cambios, transformaciones. Mostrar ese “antes y después” en los Encuentros es clave. La música del Renacimiento nos invita a repensar los espacios sonoros de hoy y nos conecta con nuevas formas de escucha.
En noviembre se desarrollará una iniciativa que ampliará los Encuentros a diferentes localidades navarras, con un programa propio también comisariado por Ud. ¿Considera importante deslocalizar el arte contemporáneo de los principales centros culturales del país?
Es absolutamente necesario. Ya lo intentamos en 2022, aunque con menos tiempo. Este año llevaremos cuestiones como el feminismo, la ecología y el cine a localidades fuera de Pamplona. No se trata sólo de llevar el arte contemporáneo a nuevos espacios, sino de propagarlo a un nivel más profundo. El interés existe, y hemos tenido experiencias muy positivas con proyectos en escuelas y comunidades más rurales; la gente está ávida de ver formas que no sean las convencionales. El arte y el pensamiento ensanchan nuestras perspectivas, y es crucial que llegue a todos los rincones, no sólo a las grandes ciudades.
El cuarteto de saxofones SIGMA Project clausurará los Encuentros. De la variedad de itinerarios, ¿por qué se ha elegido el de la música para cerrar la programación de este año?
La música tiene un poder especial para cerrar y abrir ciclos. En 2022, los Encuentros finalizaron con un recital de Ligeti y Steve Reich, y este año será el cuarteto SIGMA con música de Luciano Berio, y de los compositores invitados a los Encuentros de este año. Queríamos que la música volviera a tener ese papel central en el cierre porque creemos que es la forma más natural de concluir un encuentro como este. La música es el arte que mejor conecta con lo intangible, con aquello que permanece después del silencio.
Elena del Río Molleda
(foto: Txisti)