Queshan, el pueblo de granjeros convertido en la mayor fábrica de violines del mundo
En las últimas décadas, las industrias asiáticas han ido implementando la exportación de instrumentos musicales de fabricación propia, llegando a ser clara competencia en lo que a sonido y calidad se refiere al resto de industrias tanto a nivel europeo como estadounidense.
Hoy, les contamos la historia de Queshan. Una pequeña localidad china en la provincia de Henan (a unos mil kilómetros al sur de Pekín y ochocientos al noroeste de Shanghai), que en los últimos años se ha transformado en la capital del violín, llegando a generar un ochenta por ciento de los violines usados en China.
Queshan nunca fue un pueblo dedicado a la lutería. Es más, gran parte de su economía estaba dedicada a la industria agrícola y ganadera, siendo un pueblo de granjeros. Fue entonces en los años ochenta, cuando una serie de familias de esta singular localidad china, decidió viajar a Pekín en busca de un trabajo que les permitiera ganar más dinero. Sin expectativas por continuar con las labores que les habían llevado ahí, encontraron varios puestos en una fabrica de violines y dejaron atrás sus vidas como granjeros, para sumergirse en el mundo de la lutería. Con el paso de los años, esto favoreció a que muchos jóvenes de Queshan, viajaran a Pekín buscando trabajo en estas fábricas, algo negativo para la economía local ya que veía cómo su talento joven, dejaba la actividad ganadera para marcharse a la capital.
Frente a esta situación, el gobierno regional generó una serie de políticas en beneficio de todos los lutieres que tiempo atrás habían emigrado a Pekín, permitiéndoles tener más rentabilidad si trasladaban sus fábricas a Queshan. Cinco años más tarde, una localidad que históricamente estuvo habitada por granjeros, cuenta con 102 fábricas y más de dos mil personas dedicadas a la construcción de violines, violas, violonchelos y contrabajos, generando un ochenta por ciento de todos los violines que se compran en China.