Ponga un poco de Birtwistle en su vida
HARRISON BIRTWISTLE:
Obras de cámara / Nash Ensemble / BIS
En toda vida musical debe caber un poco de Birtwistle. No hay que leer nada irónico ni peyorativo en esta afirmación. Llevo la mitad de mi vida enamorado de las principales obras del compositor británico, y si algunas de ellas pueden poner a prueba la paciencia del oyente en una primera escucha, suelen ofrecer recompensas cuando se vuelve a ellas.
Birtwistle es un compositor para gustos refinados. Trabaja mucho las texturas complejas y no suele producir largas frases líricas. Es un artista único, un solitario, un original, un creador que camina por senderos no pisados.
La verdad es que un álbum recopilatorio de su música de cámara de los últimos diez años me disuadió un poco al principio, entre otras cosas porque el Birtwistle que conozco es totalmente orquestal y temía que el pequeño formato diera como resultado una música demasiado ascética.
Nada de eso. El Trío para violín, violonchelo y piano de 2011 es tan disfrutable como uno de Beethoven, aunque con frases más duras y algo más rudo en los bordes. No me ha gustado demasiado el Dueto para ocho cuerdas, que encuentro algo retórico, y Pulse Sampler de 1981, revisada en 2018, resiente el paso del tiempo. Pero el Cuarteto para oboe con el que concluye el programa es una pequeña joya, una charla nocturna en un bar acogedor con muchos chismes para intercambiar. Los miembros del Nash Ensemble se divierten claramente.
A sus 88 años, Birtwistle sigue componiendo.
Norman Lebrecht