Peripecia en el Festival de Glyndebourne, con helicóptero incluido
El pasado martes, a mediodía, el tenor mexicano Rodrigo Porras Garulo interpretaba en el Festival de Glyndebourne el papel de Marc en la ópera de la compositora Ethel Smyth The Wreckers (Los demoledores), estrenada en el Neues Theatre de Leipzig en 1906. Haciendo un poco honor al título de la ópera, Porras avisó horas antes del inicio de la función de que su voz estaba ‘destrozada.
El festival se puso inmediatamente a buscar un suplente, pero el único que había en todo Reino Unido era el galés Adam Gilbert, que había ensayado el papel el pasado mes de abril. Sin embargo, Gilbert se encontraba pasando el día junto a su hijo de tres años en la Isla de Cardigan, frente a las costas de País de Gales, a 300 millas distancia, viendo a las focas que habitan allí. El problema es que los trenes de Reino Unido estaban en huelga, por lo que Gilbert no podía llegar de ninguna manera a tiempo para sustituir a Porras.
Uno de los espectadores había viajado Glyndebourne en su helicóptero privado, y la organización le propuso alquilárselo para ‘rescatar’ a Gilbert. El cantante viajó en automóvil a Bath y allí lo recogió el helicóptero. Porras cantó como buenamente pudo el primer acto y Gilbert llegó a tiempo para cantar los dos últimos actos, tal y como puede apreciarse en la imagen que ilustra esta noticia.
Pero no acaba ahí la cosa: Gilbert no conocía la puesta en escena, debido a lo cual Porras tuvo que seguir actuando en esos dos actos finales mientras Gilbert, situado en uno de los flancos del escenario, cantaba el papel de Marc. Mal que bien, The Wreckers tuvo un final feliz.