Paredes
En el documental Las paredes hablan Carlos Saura sigue el rastro de una pulsión artística que, expresada en un mismo soporte pero con 45.000 años de diferencia, conecta las pinturas rupestres y los grafitis urbanos. El lienzo —nos dice el cineasta, que falleció una semana después del estreno— es sólo el paréntesis que media entre las huellas más visibles que ha ido dejando la humanidad en su largo viaje desde las cavernas hasta las ciudades.
En Madrid, el Museo del Prado le ha dado la vuelta a algunos cuadros para que los visitantes puedan apreciar su cara oculta, antes reservada a la mirada discreta de las paredes: remaches y bastidores, sellos de aduana, etiquetas de casas de subasta, vetas y nudos de madera, manchas oleosas y miles de filamentos de lino. Sólo en el caso de Las meninas (en la imagen) se ha recurrido a una recreación de su trasera, realizada por el artista Vik Muniz.
Si las paredes entre las que se movió Velázquez hablaran, nos devolverían conversaciones cortesanas de incalculable trascendencia histórica, pero también el sonido de una generación olvidada de compositores. Los musicólogos llevan tiempo recuperando y ordenando los miles de tonos y canciones del Siglo de Oro, pero su eco se pierde por los pasillos antes de llegar a las salas de concierto, cuyo reverso sigue siendo el silencio. ¶
Benjamín G. Rosado