OPORTO / Comienza el festival ‘Música & Revolução’ en Casa da Música
Oporto. Casa da Música. 19-IV-2024. Iestyn Davies, contratenor. Victor Pereira, clarinete bajo. Digitópia, electrónica. Coro Infantil Casa da Música. Coro Casa da Música. Remix Ensemble. Orquestra Sinfónica do Porto Casa da Música. Directores: Brad Lubman y Peter Rundel. Obras de Peixinho, Lima, Mendoça y Moreira.
Desde que en 2007 se pusiese en marcha Música & Revolução, el festival con el que cada mes de abril la Casa da Música de Oporto recuerda la Revolución de los Claveles, muchas han sido las partituras que han glosado la labor de los compositores que, en todo el mundo, han revolucionado la historia de la música, ampliando sus horizontes estéticos y, con ellos, nuestras experiencias artísticas.
Con Portugal como país-tema de la programación anual de Casa da Música en 2024, año en el que se cumple medio siglo de la también conocida como Revolução de 25 de Abril, era de esperar que fuese la creación musical lusa la que, por fin, protagonizase Música & Revolução, para así conmemorar como se merece tal efeméride.
Muy ambicioso y abierto a la contemporaneidad —como acostumbra Casa da Música— es el cartel que este año nos ofrece Música & Revolução del 17 al 30 de abril, con toda una serie de conferencias, documentales, actividades educativas y conciertos que no sólo repasan la historia de la música portuguesa y sus más vivos debates hoy en día, sino que lanzan un nuevo guiño a España, con partituras de Falla, Albéniz y Granados; por más que el final de las respectivas dictaduras ibéricas fuese, en el ecuador de los años setenta del pasado siglo, de naturaleza tan diferente.
Nos quedamos, hoy, con el primer concierto de Música & Revolução, un concierto que unió en su programa a un compositor (ya fallecido) que vivió el momento histórico de la Revolución de los Claveles, Jorge Peixinho, con tres compositores que ni siquiera habían nacido en 1974, siendo, cada uno de ellos, de una década sucesiva: Vasco Mendoça (Porto, 1977), Daniel Moreira (Porto, 1983) y Pedro Lima (Braga, 1994).
Esa diferencia generacional se percibe nítidamente en sus respectivas creaciones, que muestran, en el caso de los jóvenes compositores, la progresiva permeabilidad a estéticas y formas de expresión hijas de la posmodernidad consideradas anatema en la vanguardia más ortodoxa de los tiempos de Peixinho, compositor que destila en su partitura escuchada el pasado 19 de abril, Meta-Formoses (1985), una seriedad que comparte con el gran protagonista de Música & Revolução en 2024, Emmanuel Nunes, compositor que destacaba en Peixinho su compromiso y exigencia constantes.
Meta-Formoses es un sofisticado concierto para clarinete bajo y ensemble cuyo sombrío y sensual lirismo recuerda a Bruno Maderna y su actualización de las serenatas, uniendo libertad, frescura y rigor; todo ello, expresado en primer lugar por un clarinete bajo convertido en una inagotable alfaguara de motivos que varían armónica y tímbricamente los restantes músicos, adquiriéndose perfiles muy realzados en cada instrumento en los que predominan la densidad y la poética, sin excluir un refinado sentido del humor.
De tan rica paleta han dejado constancia unos músicos del Remix que, bajo la dirección del siempre preciso Peter Rundel, no cesan de intercambiar —como señala Ana Telles en sus notas— campos armónicos, contrapuntos y relaciones interválicas con una función estructural como elemento matriz para la movilidad y la transformación dentro del ensemble. Mención especial para Victor Pereira como solista, a quien en el sello discográfico de Casa da Música ya le conocíamos su soberbia versión de Meta-Formoses grabada en 2010 con el Remix y Baldur Brönnimann en la dirección, una lectura que ha sido perfeccionada, dejando unas impresiones inmejorables.
Con la segunda partitura del concierto, Talkin(g) (A)bout My Generation (2019), obra para quince instrumentistas y electrónica de Pedro Lima, nos vamos prácticamente a los antípodas estilísticos de Meta-Formoses, primando aquí una estética británica actual pródiga en colores, medios tecnológicos, presencias de la cultura popular mediática y una crítica que, en su profusión de recursos y clichés, parece fascinada por el objeto de sus propios dardos, lo que produce una curiosa sensación de paradoja.
Con texto de Gareth Mattey, Talkin(g) (A)bout My Generation está dedicada a la generación millennial, reconociendo Pedro Lima en sus notas que el mundo actual ha perdido el volante de una situación social marcada por el consumo desaforado, la carrera armamentística, etc. Ante ello reacciona Lima conjugando drama y humor, así como evitando (o eso pretende) el caer en juicios morales al respecto. El desarrollo de Talkin(g) (A)bout My Generation abunda en todo ello, con una electrónica colorista y tridimensional en la que proliferan narraciones que relatan el mundo de limitaciones, prisas, cansancio y desafectos en el que han caído las grandes metrópolis, como la londinense, donde Lima vive. Es por ello que, en correspondencia con tan abigarrado paisaje urbano, ensemble y electrónica (con una impresionante proyección de Digitópia) proceden a saturar el espacio acústico con momentos de un virtuosismo en el Remix realmente destacable, conduciendo Peter Rundel los últimos compases de la obra en un progresivo decrescendo, cual marcha fúnebre hasta su total extinción, en el silencio.
En una costumbre ya tradicional de Música & Revolução, la segunda parte del concierto subió al escenario a otra de las agrupaciones residentes de Casa da Música, la Orquestra Sinfónica do Porto; esta vez, con el estadounidense Brad Lubman en la dirección, lo que completó un binomio de maestros, en un solo programa, de verdadero lujo.
Lo que no cambió en esta segunda parte fue el oído atento de los compositores lusos a las problemáticas de nuestro tiempo. En el caso de American Settings (2021), por medio de una reflexión del actual compositor residente en Casa da Música, Vasco Mendoça, sobre la victoria de Donald Trump en las elecciones del 2016: momento en que Mendoça estaba en los Estados Unidos, abrumado por un «consumo compulsivo de información» que, lejos de llevarlo a una conclusión, lo intranquilizaba aún más, debido a la complejidad de lecturas medioambientales, políticas y sociales como se agolpaban.
Serán los poemas de Terrance Hayes y Tracy K. Smith, con su unión de sensualidad y metalenguaje, los que den a Mendoça un punto de apoyo para pacificar su mente y comprender dicha situación, creando lo que el compositor portuense denomina una especie de «folclore imaginario de América» que nos conduce a una espiral vertiginosa de exceso y trascendencia que —dice— le fascina y aterroriza en dosis idénticas.
«Idilio y apocalipsis sin nada en medio», estas cuatro canciones para contratenor y orquesta parecen impulsarse desde la estela de Haendel; especialmente, las dos lentas, cuyo ambiente nocturnal tan bien dialoga con Meta-Formoses, si bien los ecos barrocos se complejizan en American Settings por medio de una intrincada microtonalidad que multiplica en la Sinfónica do Porto el perturbador canto del contratenor Iestyn Davies a partir de los poemas de Hayes y Smith. También como en Peixinho, hay un carácter sombrío aquí concretado en la incertidumbre, a la que los versos dan una posible respuesta, aunque el planteamiento del canto me haya parecido, en el conjunto de American Settings, demasiado conservador, mostrando, como Talkin(g) (A)bout My Generation, una fuerte influencia anglosajona y un virtuosismo algo impostado, que nos lleva a paisajes acústicos más interesantes en la tercera canción, para recaer en la cuarta en una serie de tópicos en voz y orquesta que hacen perder mucho a esta partitura cuyo final abunda en clichés y en un esquematismo que, en el fondo, es parte consustancial de aquello sobre lo que se reflexiona de forma (supuestamente) crítica, haciéndolo parte de su propia estética y desnaturalizándola.
Cerró un concierto tan pródigo en mensajes políticos Daniel Moreira, con A Madrugada (2023-24), una partitura de gran formato para coro infantil, coro adulto, orquesta y electrónica inspirada en la Revolución de los Claveles y que escuchamos en un estreno mundial fruto de su encargo por Casa da Música, involucrando a toda una serie de cantantes, equipo electrónico, diseño de luces y orquesta que hacen trabajar de forma colaborativa a varios colectivos artísticos y sociales de Oporto, de modo que el discurso de la propia obra genera un proceso cooperativo de cara al nacimiento de la partitura, algo que Daniel Moreira reconoció y agradeció antes de su estreno en la Sala Suggia.
De nuevo con Brad Lubman en una dirección que le ha exigido un enorme trabajo para ensamblar semejantes medios como los que exige A Madrugada, hemos escuchado una partitura repleta de guiños al propio Portugal, partiendo del hecho de que la obra nazca desde una guitarra portuguesa dispuesta en el centro de la orquesta, pasando por numerosas grabaciones de época que escuchamos en portugués desde la electrónica, o el impulso que, nuevamente, el aparato político-musical recibe de la poesía; en este caso, desde los versos de la escritora portuense Sophia de Mello Breyner, de quien Moreira toma cinco poemas que dice marcados por la concisión y la musicalidad.
Así, con orquesta, coros y electrónica creando un paisaje musical repleto de actores y una trepidante sucesión de ecos históricos, A Madrugada se divide en dos grandes partes: la primera, referida al estado de cosas antes de la Revolución de los Claveles; la segunda, al desarrollo de la misma, la madrugada del 24 al 25 de abril de 1974. De ambas partes, sin duda la más interesante es la primera, con sus ecos del perturbador Requiem für einen jungen Dichter (1967-69) de Bernd Alois Zimmermann, por su proliferación de voces en off, irrupciones/texturas orquestales y lo que parece una gran ruina de la historia: aquélla a la que condujo el dictatorial Estado Novo.
Consciente de la importancia de este encargo, Moreira ha firmado una de sus mayores partituras, si bien su final pierde considerablemente, con su electrónica historicista (por cómo imita la de los años setenta) y unos coros cuyas últimas intervenciones caen desde la tan interesante primera parte a una afirmación melódico-luminosa muy naíf, por lo impostado del canto. Ahora bien, A Madrugada ha cautivado al público de Casa da Música, que premió al enorme efectivo en escena con una abrumadora ovación, cerrando una primera jornada de Música & Revolução repleta de mensajes políticos que —intuimos— se extienden, cincuenta años después, a abril de 2024, tras el giro que han deparado las últimas elecciones parlamentarias en Portugal, el pasado mes de marzo.
Paco Yáñez
(Fotos: Rui Oliveira – Casa da Música)