Muere la soprano norteamericana Maria Ewing a los 71 años
La cantante norteamericana (primero, soprano; más tarde, mezzosoprano) Maria Ewing falleció a los 71 años el pasado domingo, 10 de enero, en su domicilio de Detroit. De ascendencia holandesa y sudafricana y nacida en la mencionada ciudad, Ewing contrajo matrimonio en 1982 con con el director de cine, teatro y televisión Peter Hall, del que acabó divorciándose en 1990. Era madre de la actriz y directora cinematográfica Rebecca Hall, conocida principalmente por haber intervenido en la película de Woody Allen Vicky Cristina Barcelona.
Ewing debutó en el Met de Nueva York en 1976, con Las bodas de Fígaro de Mozart y encarnó a Blanche de la Force en la producción que para ese mismo teatro hizo John Dexter de Diálogo de carmelitas de Poulenc un año más tarde. Tuvo 96 actuaciones en el Met, la última de ellas (como Marie en Wozzeck de Berg), en 1997. Durante seis años estuvo alejada del Met por una agria disputa con el que entonces era director artístico del mismo, James Levine.
Ewing conoció a Peter Hall en 1978 cuando cantó Dorabella en una puesta en escena de Così fan tutte en el festival de Glyndebourne realizada por Hall y dirigida musicalmente por Bernard Haitink. Hall (fallecido en 2017, a los 86 años) fundó la Royal Shakespeare Company en 1990 y fue nombrado en 1973 director del Royal National Theatre, cargo en el que estuvo hasta 1988.
A principios de los 80, Hall dirigió a Ewing en el Met en el rol protagonista de Carmen de Bizet. Precisamente esa Carmen fue el motivo de su disputa con el Met, que vetó una transmisión televisiva de la misma, aceptando posteriormente que se televisará otra producción de Carmen en la que era protagonista Agnes Baltsa. Ewing no solo se negó a cantar en el Met, sino que igualmente rehusó intervenir más veces en el Festival de Ravinia, del que Levine era también director artístico. Tanto ella como su todavía esposo fueron muy críticos en aquel momento, llegando a declarar en el Chicago Tribune que “el Met no tiene modales”.
Hall dirigió a Ewing en 1986 en el papel principal de Salomé de Strauss en la Ópera de Los Ángeles, en la que apareció completamente desnuda al final de la Danza de los siete velos. La puesta en escena viajó en 1988 a la Royal Opera de Londres y la Lyric Opera de Chicago, y se lanzó comercialmente una grabación de la misma en DVD. Hall también dirigió a Ewing en Las bodas de Fígaro en Chicago, en 1987.