Muere a los 87 años el compositor británico Sir Harrison Birtwistle
Sir Harrison Birtwistle, compositor británico de inimitable originalidad y reconocimiento mundial, ha fallecido pocos meses después de sufrir un derrame cerebral. Tenía 87 años.
Criado en una granja humilde cerca de Accrington, en el noroeste de Inglaterra, Harry me dijo una vez que todo lo que había escrito tenía su origen en sus paseos por aquellas colinas pedregosas, con los lamentos de un clarinete en la cabeza y la estructura del drama griego.
Fue a estudiar a Manchester y formó cuadrilla con Peter Maxwell Davies, Alexander Goehr, Elgar Howarth y John Ogdon. Max, según él, tenía ambición. Sandy atesoraba una formación cultivada y conocía a gente como Messiaen y Schoenberg. Gary Howarth podía dirigir cualquier cosa y el trágico Ogdon “era el genio entre nosotros”.
Britten y Pears abandonaron la sala durante la representación en Aldeburgh de la primera ópera de Harry, Punch and Judy, y el Covent Garden rescindió su primer encargo. Fue la English National Opera la que puso en escena Mask of Orpheus a mediados de la década de 1980, lo que situó a Harry en la senda de la productividad operística. El Covent Garden enmendó su falta con Gawain en 1990, a la que seguirían varias óperas más.
Nunca fue un compositor “fácil”, pero planteaba problemas que los buenos directores de orquesta adoraban abordar. Christoph von Dohnanyi, Pierre Boulez, Daniel Barenboim y Franz Welser Möst fueron algunos de los que hallaron satisfacción en sus extraordinarias Earth Dances, una evocación de la naturaleza y el ritual tan apasionante como La consagración de la primavera de Stravinsky.
Al igual que Samuel Beckett, desconcertaba a quienes no eran capaces de penetrar en sus obras y entusiasmaba a los que sí lo eran.
En contra de la imagen de artista solitario difundida por algunos medios, Harry era muy sociable y tremendamente divertido con aquellos a quienes apreciaba y en quienes confiaba. Poseía una forma lenta y seca de contar chistes, que volvía su humor tanto más explosivo por su larga preparación.
Yo le profesaba un gran afecto y su muerte me llena de tristeza.