Mirga Grazinyte-Tyla y Weinberg, disco aleccionador
WEINBERG:
Sinfonías nº 3 y 7. Concierto nº 1 para flauta y orquesta. Deutsche Kammer-phil. Bremen. O.S.C. de Birmingham Directora: Mirga Grazinyte-Tyla DEUTSCHE GRAMMOPHON 62402 (1CD)
La de Weinberg es una historia de resistencia a la adversidad política, a la prohibición estalinista, al ostracismo social, a todo eso que convierte a un músico y a un ser humano en un paria. De manera admirable su voluntad estuvo a la altura de su inspiración y lejos de callarse siguió creando, bien sea verdad que con consecuencias nada favorables. Así, una vez prohibida su música en un decreto de febrero de 1949, comenzó a escribir su Sinfonía nº 3, que reúne algunas de las características más propias del estilo del autor, esa intención expresiva más allá de las apariencias compartida con Shostakovich, la intensidad lírica cuando procede, el uso de lo popular y el recuerdo a la música judía, todo ello aderezado para que el resultado sea de una emoción indiscutible.
En la Sinfonía nº 7, de 1964, se da la circunstancia de que el compositor usa como complemento el clave, que participa con la orquesta en una especie de concerto grosso. No en vano esa parte estuvo pensada para un pionero en los menesteres historicistas en la Unión Soviética, Andrei Volkonski. Aquí es un pianista de la talla de Kirill Gerstein quien se hace cargo del papel. Invita Verena Mogl en sus notas a quienes escuchen esta sinfonía a que lo hagan desde el punto de vista de lo que dice pero no puede decir, de lo que calla pero dice de otro modo, de esas cosas que obligaron a un creador de su talla a tener que cuidarse sin perder esa libertad que solo le correspondía asumir frente a sí mismo.
El Concierto para flauta nº 1 sigue esas pautas y une la figura del autor a la de un director de orquesta que también pasó lo suyo como fue Rudolf Barshai. El disco no puede ser más aleccionador ni es fácil pensar en versiones más cómplices que estas de Mirga Grazinyte-Tyla con dos orquestas estupendas y la flautista de una de ellas como impecable solista.
Luis Suñén