MILÁN / Maravillosos ‘Gurre-Lieder’ por Chailly en la Scala
Milán. Teatro alla Scala. 13-IX-2024. Andreas Schager, Camilla Nylund, Okka von der Damerau, Michael Volle, Norbert Ernst. Director musical: Riccardo Chailly. Schönberg: Gurre-Lieder.
Después de 51 años, los Gurrelieder de Schoenberg han vuelto a la Scala: el enorme compromiso que requiere esta obra maestra de juventud, compuesta entre 1900 y 1901, inmediatamente después de Verklärte Nacht (pero cuya instrumentación, interrumpida en 1903, no se reanudó y terminó hasta 1910-11), hace que su interpretación sea muy poco frecuente. Riccardo Chailly (que la había grabado hace unos 40 años con los conjuntos de la radio berlinesa, la primera orquesta de la que fue director titular) quiso presentarla en la Scala en el aniversario exacto del 150º aniversario del nacimiento del compositor.
Las «Canciones de Gurre» del danés Jens Peter Jacobsen evocan la historia de amor y muerte del rey Waldemar y la bella Tove en el castillo de Gurre. La celosa esposa de Waldemar manda matar a Tove, y el rey se rebela contra el destino maldiciendo a Dios: entonces es condenado a realizar una cacería salvaje cada noche. Tras la rebelión de Waldemar, la evocación de la caza salvaje y el amanecer traen a un primer plano visiones de la naturaleza y del paisaje, mientras que las canciones de amor de Waldemar y Tove se alternan en la primera parte. Con la urgencia de la lacerante intensidad expresiva de Schoenberg, el vocabulario de principios de siglo se distorsiona a veces, o se dobla en susurradas dulzuras, o en gestos de inmediata claridad dramática. El cromatismo y la investigación armónica alcanzan picos muy avanzados, el timbre da lugar a sugestiones visionarias y espectrales. La partitura presenta una estratificación singular, compleja, que aumenta su irrepetible encanto. La instrumentación de las últimas secciones (terminadas en 1910-11, cuando por fin se anunció la posibilidad de interpretación) tiene en cuenta las experiencias de una década de increíble intensidad creativa para Schoenberg y recurre a una esencialidad más transparente y fragmentada.
La dirección de Riccardo Chailly manifestó una plena conciencia del valor de esta obra maestra del joven Schoenberg, y bajo su dirección la orquesta y el coro de La Scala ofrecieron una maravillosa interpretación: al excelente coro de La Scala dirigido por Alberto Malazzi se unió el coro de la Radio de Baviera dirigido por Peter Dijkstra. Entre los solistas, Andreas Schager fue un Waldemar sensible y autoritario, y espléndida estuvo Okka von der Damerau en la «Paloma de los bosques» (Waldtaube), historia de la muerte de Tove. Autoritario y magnífico Michael Volle (granjero y narrador); Norbert Ernst también estuvo bien. Ligeramente por debajo de las expectativas estuvo la Tove de Camilla Nylund.
Paolo Petazzi
(foto: Brescia/Amisano)