Mestres Quadreny-Miró; una relación documentada
Uno de los descubrimientos que más profundamente ha marcado la trayectoria artística del compositor Josep Maria Mestres Quadreny tuvo lugar frente a una litografía de Joan Miró. Tras una detenida contemplación de la obra, Mestres Quadreny se sorprendió al comprobar que lo que a primera vista parecían manchas volcadas aleatoriamente en el papel, no eran sino el resultado de una minuciosa reconstrucción trazada por Miró. El azar y la intervención del artista conforman para Mestres Quadreny las bases de un meticuloso sistema creativo en el que aleatoriedad y estructura avanzan de la mano dando lugar un arte innovador, poliédrico y vanguardista que se nutre tanto de fuentes humanísticas como científicas.
Estas afirmaciones están en la base del excelente trabajo de Marta Cureses, entre otras muchas cosas profesora de la Universidad de Oviedo, Doctora en Geografía e Historia, musicóloga y pianista, personalidad incuestionable en el mundo de la cultura, durante un tiempo subdirectora General del INAEM, que ha acometido en este volumen la tarea nada fácil de explicar la pintura de Joan Miró y la música de Josep María Mestres Quadreny y, más aún, la de establecer los paralelismos, los vínculos, las conexiones y las coincidencias de estas dos personalidades a través del análisis de sus respectivos códigos técnicos, estilísticos y expresivos. La consecuencia es un libro denso, explorativo, bien razonado con numerosos ejemplos gráficos de las pinturas del uno y los pentagramas del otro. Un texto en ese sentido clarificador y profundo.
La proximidad entre ambos artistas queda claramente expresada en este párrafo extraído del prólogo de Joan Punyet Miró: “Dos creadores que entendían a la perfección las cotas de libertad adquiridas gracias a movimientos artísticos y literarios de principios del siglo XX, como el dadaísmo y el surrealismo”. En este terreno ambivalente, con el fin de estudiar y dibujar las fronteras que aparentemente separan al pintor sonoro del músico pictórico, se adentra valientemente Marta Cureses, que rebusca en este terreno en el que el azar está o puede estar en la base del poder creativo y que ahonda en afirmaciones tan tajantes como ésta de Mestres Quadreny: “La música no explica nada”. Algo que quizá, de otra manera, pueda aplicarse al arte minucioso y ambiguo, de características tan musicales, de Miró.
Las conexiones artísticas, y amistosas, entre los dos se daban ya en los años sesenta, en el que el compositor crea su Suite bufa de 1966, pensada y desarrollada a partir de una litografía del pintor y desarrollada, como en tantas otras ocasiones, en complicidad con el genial y multidisciplinar Joan Brossa. La composición, que describe una escena propia de un concierto, incorpora micrófonos de contacto sujetos a las cuerdas de un piano y aplica por vez primea métodos de azar. La aplicación de sonidos de la escala cromática escritos en papelitos extraídos al buen tuntún es una originalidad innegable. Para Miró era lo más interesante la independencia entre los movimientos coreográficos y la música, y así se lo expresó a Mestres en más de una oportunidad.
Cureses destaca de manera especial la devoción que ambos creadores sentían por el arte románico, que determinó la construcción de hermosos trípticos a los que el compositor prestó la máxima atención. Como la prestaría a cualquier nueva idea del pintor, que le proporcionaba casi siempre un motivo de inspiración. La autora de esta monografía nos va dando cuenta de esos pasos, de los que hemos aportado unos breves ejemplos, y lo hace con absoluto conocimiento de causa y una estupenda capacidad narrativa y analítica. Se nos cuenta la primera aventura de Mestres con un ordenador a finales de los sesenta, los acercamientos, en unión de su colega, a la obra de Varése, la proximidad y admiración a los experimentos de Cage, la fascinación por la obra sinfónica de Beethoven.
Muy interesante y aclaratorio lo que se nos cuenta en torno a las vivencias de Miró en París (En el capítulo V, titulado Escenas de circo, música de carnaval), la influencia de la magia en el curso del proceso creador, la presencia del circo en tanta ocasiones, la importancia del humor, de la comicidad en la obra de ambos… La coincidencia en criterios relacionados con la libertad, la no adscripción a principios estéticos determinados, lo que no significa prescindir de los estudios de una técnica solvente. Otra de las grandes coincidencias entre ambos artistas viene dada en relación con una de las series más musicales del pintor, las Constelaciones, que datan de principios de los cuarenta. Muchos años más tarde, muerto ya su colega, Mestres escribe Constel-lacions, diez piezas breves encadenadas cuyo resultado final tiene el mismo sentido de serie que las Constelaciones mironianas, una obra que ha merecido innumerables estudios, una auténtica revelación.
Ya hemos consignado la importancia y el detallismo del trabajo de Cureses, que sigue paso por paso las evoluciones conjuntas de Miró y Mestres y que, sobre todo respecto a este último, aporta datos, argumentos y análisis muy reveladores de su proceder y de su inquietud; de sus métodos y de sus originales creaciones, que a veces exigirán un público preparado y abierto a sus siempre novedosos experimentos. En tal sentido es aclaratorio e importante, incluso revelador. No obstante, habríamos preferido una ordenación de acontecimientos orientada cronológicamente: hay continuas vueltas atrás y saltos hacia delante, lo que puede despistar hasta cierto punto. Hay numerosas citas en otras lenguas –la catalana incluida- que nunca aparecen traducidas, lo que puede dificultar la comprensión a algunos lectores. Lo que si hay que aplaudir es la copiosa bibliografía, muy precisamente anotada, con continuas notas a pie de página. El volumen tiene forma de cuadrado.
En definitiva una semblanza que no solo nos permite conocer la obra de dos grandes artistas, con los debidos contrapuntos, sino ahondar en el panorama musical y pictórico, cultural diríamos también, de toda una época. Todo explicado de modo didáctico y con un fluido castellano. Quedémonos para teminar con estas palabras de la autora: “Tanto en Miró como en Mestres, la simplicidad aparente, que consiste en sublimar la esencialidad de cada creación, es en el fondo difícil porque requiere un ejercicio constante de ascetismo expresivo”.
Marta Cureses: Joan Miró-Mestres Quadreny. Suite miroir. Fundación Joan Miró, Barcelona Arola Editors, diciembre 2017. 178 páginas.
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