Mendelssohn, Bernius y la Noche de Walpurgis
En la noche del 30 de abril al 1 de mayo, buena parte del norte y centro de Europa celebra la llamada Noche de Walpugis. Se trata de una fiesta de origen pagano, arraigada en países como Alemania, Suecia, Países Bajos, Finlandia, República Checa, Eslovenia, Lituania, Letonia o Estonia, que surgió como oposición a la católica festividad de Todos los Santos (1 de noviembre). La fecha no fue fruto del azar: son exactamente seis meses los que transcurren entre una y otra; una manera gráfica de describir que la Europa pagana estaba en las antípodas de la Europa cristiana.
Cuando escuchamos hablar de la Noche de Walpurgis, nos vienen a la cabeza historias de brujas. En efecto, la leyenda cuenta que, esa noche, las brujas vuelan sobre sus escobas a Brocken, la montaña más alta de la sierra del Harz, en el estado alemán de Sajonia-Anhalt (tan musical por haber sido cuna de Haendel o Telemann, entre otros grandes compositores), para invocar al diablo en grandes aquelarres.
Sin embargo, el origen de la Noche de Walpurgis no puede ser más cristiano, ya que fue un 1 de mayo (del año 870) cuando se canonizó Santa Walpurga (o Walburga), abadesa francesa, y se trasladaron sus reliquias a Eischstätt. Santa Walpurga fue proclamada por los cristianos de Alemania patrona en la lucha contra “plagas, rabia y tos ferina, así como contra la brujería”. Paralelamente a las celebraciones paganas antes aludidas, en otras partes de Europa se siguen encendiendo hogueras en esta noche para alejar a los espíritus malignos, a las brujas y a las pestes, algo muy apropiado, sin duda, en los duros tiempos que vive el mundo a causa de la pandemia del coronavirus Covid-19.
Cada noche del 30 de abril al 1 de mayo, decenas de miles de personas emprenden el viaje hacia la cadena montañosa de Harz y son recibidas por paganos. La fiesta comienza con danzas, luego se enciende una enorme hoguera y retumban los tambores. Extinguidos los fuegos artificiales de la medianoche, se le da la bienvenida a quien traerá consigo la salud y la fecundidad, a la sucesora de todas las brujas: la Reina de Mayo.
Lamentablemente, este año no habrá fiesta debido al confinamiento, pero siempre quedará la música: el sello Carus acaba de publicar un disco con Die erst Walpurgisnacht, cantata de Felix Mendelssohn basada en un poema de Johann Wolfgang von Goethe, quien narra los intentos de los druidas de las montañas de Harz por practicar sus rituales paganos frente a las nuevas y dominantes fuerzas cristianas. Mendelssohn compuso esta cantata en 1831 y la revisó profundamente antes de publicarla, como Opus 60, en 1843. Esta grabación de Carus está dirigida por Frieder Bernius al frente del Kammerchor Stuttgart y de Die Deutsche Kammer-philharmonie Bremen, con Renée Morloc, David Fischer, Stephan Genz y David Jerusalem como cantantes solistas.