Marilyn Horne, la técnica prodigiosa

De la Rossini renaissance, que como pionera anticipó, cubrió en solitario todos los kilómetros del rodaje. Y todo se lo debe a una voz maleable y dúctil, regida por una técnica prodigiosa, que observaba casi siempre los principios de la escuela clásica italiana. La evocación más lejana que tengo de Marilyn Horne es una película de 1954: una versión de la Carmen de Bizet, aligerada en lo vocal y teñida del mismo betún que Porgy and Bess. Por entonces la Horne practicaba el ...