MÁLAGA / Impulsivo Beethoven de Heras-Casado

Málaga. Teatro Cervantes. 17-VIII-2020. European Union Youth Orchestra. Director: Pablo Heras-Casado. Obras de Beethoven, Copland, Purcell y Stravinsky.
Málaga ha sido la sede elegida en España por el European Music Gallery Festival 2020, organizado por la European Union Youth Orchestra (EUYO), formación que fundara Claudio Abbado en 1976. Integrado por una gira de veintitrés conciertos presenciales en diecinueve ciudades de la Unión Europea y Reino Unido, para esta ocasión, que significaba la vuelta a la ‘nueva normalidad’ del Teatro Cervantes, se ha invitado para dirigirla a Pablo Heras-Casado, con un interesante programa en el que pudo apreciarse el buen nivel técnico y artístico de sus músicos, españoles en su totalidad en esta ocasión.
Precedida por unas palabras del percusionista de la EUYO, Diego Jaén, con las que hizo una pequeña descripción de cada obra a modo de notas de programa, el director granadino, como homenaje a las víctimas de la Covid-19, quiso iniciar el programa con un marcado sentido elegíaco a través de la solemne marcha de la Música para los funerales de la reina María Z. 860 de Henry Purcell, que dirigió con marcado sentido coral, permitiendo que se destacara la buena conjunción de la sección de viento-metal. Siguió con la espectacular Fanfarria para el hombre común de Aaron Copland, en la que las buenas impresiones causadas en la obra anterior se confirmaron y enriquecieron, impulsadas por la atronadora percusión, que acentuó su repetido motivo como si fuera una insistente llamada a despertar la actividad artística del teatro malagueño. Le siguieron las ocho piezas breves que integran las Dos suites para pequeña orquesta de Igor Stravinsky, para las que se incorporó el resto de la orquesta. Desde su particular dificultad camerística, las piezas sirvieron como campo de experimentación del impulsivo gesto que iba a mantener el director hasta el final del concierto.
Heras-Casado se planteó la interpretación de la Quinta sinfonía de Beethoven estimulando su discurso con unos tempi que forzaban el sentido métrico de esta obra, al destacar la brillantez de su primer tiempo más desde una aceleración rítmica que desde una profundización en el mensaje, llegando a un excesivo punto de arrebato. Por su parte, el Andante fue llevado a ritmo de allegro, llegando a desdibujar las transiciones tonales y los contrastes dinámicos. Funcionó mejor el Scherzo, pese a apreciarse un limitado sentido de la anacrusa, tan sustancial para expresar, partiendo de la amenazante oscuridad inicial de este movimiento, su función revulsiva en la estructura de la obra. Un claro frenesí se apoderó de la conducción del Allegro final, cuyo contenido musical quedó sacrificado por lo acentuado de su exultante intención, diluyéndose la solemnidad que requiere este movimiento tan singular del sinfonismo de todos los tiempos.