MADRID / Por siempre Goerne
Madrid. Teatro de la Zarzuela. 7-II-2022. XXVIII Ciclo de Lied. Matthias Goerne, barítono. Markus Hinterhäuser, piano. Obras de Schumann.
Auténtico ejercicio de gimnástica lírica fue este programa schumanniano de Matthias Goerne: una hora y veinte minutos sin descanso ni aplausos intermedios hasta la ovación final. Por si faltara esta extrema prueba, lo que don Matthias hizo consagró una auténtica lección de canto camarístico.
La voz del cantante, ancha y oscuro, de barítono bajo, es capaz de iluminarse y aliviarse para servir al Schumann más exaltadamente lírico, el de Seis poemas y un Requiem del Op. 90. En tanto, el ciclo propiamente tal, el Liederkreis del Op. 39, más juvenil que el anterior, es un verdadero programa en sí mismo, donde el intérprete debe hacer todo cuanto se pide a un liederista. Y ahí Goerne se torna magistral, por la intensidad expresiva de su discurso, armado con un fraseo que escande cada verso a partir de cada palabra, cada sílaba, cada respiración y cada silencio.
No obstante la suprema calidad de lo precedente, lo más impactante de la velada fueron las piezas en las que hubo narración y personaje: el Arpista del goetheano Wilhelm Meister, el Eremita del poema homónimo, el cuento de La novia del león y la despedida de María Estuardo, escrita poco antes de ser ejecutada. Goerne encarnó a la reina y, en ciertas piezas como la inmediata anterior y Conversación en el bosque, el diálogo entre dos personajes. No sólo en los matices de coloración sino hasta en la actitud corporal de Goerne hubo un gongorino teatro en el viento, el que sombras suele vestir de bulto bello.
Markus Hinterhäuser estuvo a la altura con un sonido de buen esmalte, un desciframiento muy pulcro y esa cualidad de lejanía, del acercarse y el partir, que habitualmente se oyen en la canción schumanniana.
Blas Matamoro
(Foto: Rafa Martín – CNDM)